Un paseo por la restauración ambiental del Guadalete
A lo largo del verano de 2011 se han reanudado las obras de restauración ambiental del río Guadalete en numerosos puntos de la cuenca
Como recordarán muchos lectores, la cuenca del Guadalete sufrió los últimos episodios de grandes inundaciones entre diciembre de 2010 y febrero de 2011. El desbordamiento del río en la vega baja y en numerosos puntos de la cuenca ocasionó graves pérdidas materiales y fue el punto de partida para que las administraciones implicadas iniciaran, ante las demandas ciudadanas y las peticiones de los colectivos y sectores más afectados, un plan de restauración ambiental del cauce.
La Consejería de Medio Ambiente pretendía con ello recuperar el cauce del río, tal como se presentaba cincuenta años atrás, al haber perdido en este tiempo buena parte de su capacidad para transportar y dar salida a los caudales de avenida. La progresiva invasión de la vegetación (especialmente eucaliptos) y la colmatación de las riberas y el cauce con sedimentos finos retenidos por la arboleda, habían disminuido notablemente la sección del canal fluvial y su capacidad de evacuación en los momentos de grandes crecidas, favoreciendo así los desbordamientos e inundaciones.
Los comienzos de las obras de restauración ambiental del cauce del Guadalete tuvieron lugar en septiembre de 2010. Se realizaron entonces los primeros trabajos de eliminación de grandes pies de eucaliptos y de retirada de sedimentos en los alrededores del Puente de Cartuja. La llegada de las lluvias de otoño e invierno obligaron a la interrupción de estas tareas que habían empezado a cambiar la fisonomía de distintos puntos de la ribera.
A lo largo del verano de 2011 se reanudaron las obras en numerosos puntos de la cuenca y desde “entornoajerez” hemos venido visitando los distintos tajos abiertos para conocer de cerca los trabajos que se están realizando, tal como expondremos en la serie de reportajes que hoy iniciamos.
Las actuaciones que se están llevando a cabo son de gran envergadura, a juzgar por los más de 30 puntos distintos de la cuenca, repartidos en 14 términos municipales, desde Alcalá del Valle hasta Jerez, donde se están realizando tareas de limpieza y restauración fluvial. Las intervenciones afectan tanto al río Guadalete, como a una veintena de sus afluentes entre los que se incluyen también arroyos que experimentan grandes crecidas en episodios de lluvia. Por centrar los comentarios en los lugares más significativos donde se realizan tareas de mayor calado, empezamos hoy por la Junta de los Ríos, un paraje sobradamente conocido donde unen sus aguas el Guadalete y el Majaceite, su principal afluente.
El lugar es de gran interés paisajístico por la confluencia de los dos principales ríos de la cuenca presentando las riberas un gran desarrollo arbóreo con presencia de una frondosa alameda en la que crecen también distintas especies de sauces y, en menor Sifón del Majaceite: acceso. (septiembre 2011)medida fresnos. Sin embargo, desde la década de los cincuenta del siglo pasado los eucaliptos comenzaron a poblar las orillas del río y el propio cauce donde contribuyeron a retener sedimentos produciendo un estrechamiento del mismo.
En la Junta de los Ríos se habían construido a comienzos del siglo XX los emblemáticos sifones en arco (conocidos popularmente como “las morcillas”) para que los canales de riego del cercano embalse de Guadalcacín pudieran salvar el Guadalete y el Majaceite. De la misma manera se había levantado un singular puente de hierro en la carretera Arcos-Vejer. Ambas obras pueden verse en las fotografías realizadas en la década de los veinte del siglo pasado, que en diferentes ocasiones hemos reproducido en esta sección. En ellas puede apreciarse como en las riberas de ambos ríos aparecen despejadas y con escasa vegetación arbórea. Todo lo contrario de lo que nos mostraban hasta hace apenas unos meses, donde tanto el viejo puente de hierro como los sifones apenas podían entreverse entre el espeso ramaje de los eucaliptos que invadían las orillas y aún el propio cauce de los ríos.
Con las obras de restauración y limpieza llevadas a cabo en estos meses la escena ha cambiado notablemente. Al eliminarse los grandes pies de eucalipto que habían crecido junto al puente de hierro, algunas de cuyas grandes ramas se entrelazaban con la estructura, amenazándola seriamente, hemos recuperado una insólita visión de esta singular obra que reclama una restauración para que pueda ser puesta en valor como ha sucedido con otros elementos.
Si desde el puente observamos, aguas arriba, el punto donde físicamente se unen el Guadalete y el Majaceite, encontraremos que las riberas y cauces en este lugar conocido como “la Junta de los Ríos” se ha realizado un notable trabajo de restauración y limpieza y que ahora si es posible distinguir con nitidez ambos cursos fluviales. Basta con observar las fotografías que sólo unos meses antes habíamos tomado en este lugar para tomar conciencia de la envergadura del trabajo realizado.
La retirada de sedimentos y la eliminación de eucaliptos ha permitido también dejar a la vista la magnífica estampa del sifón del Majaceite, que luce ahora despuntando sobre la alameda y que podremos ver desde el mirador de excepción en el que se ha convertido el viejo puente de hierro. Unos meses atrás, sólo la torreta de coronación que emergía entre la copa de los árboles como un “periscopio”, daba pistas de que allí se levantaba una singular obra. En el cauce del Majaceite se ha “descubierto” también ahora una “isleta”, con la retirada de sedimentos, que provoca la separación del canal en dos brazos. Los álamos, sauces y tarajes dominan ahora en la galería, al haberse eliminado buena parte de los grandes eucaliptos que impedían el normal desarrollo de la vegetación autóctona.
El sifón del Guadalete queda aún oculto en la espesura, si bien podría haberse realizado una descarga de la copa de los grandes árboles que lo ocultan aprovechando los trabajos de limpieza efectuados en la trasera de la Venta de la Juna de los Ríos. Este lugar bien podría convertirse en un singular balcón-mirador sobre el Guadalete.
El nuevo puente de la carretera ha ganado también en ligereza con la limpieza de los grandes pies de eucaliptos que lo rodeaban y el pequeño embarcadero de la Granja Escuela que ha quedado ahora a la vista, invita –ahora más que nunca- a dar un paseo en piragua por el renovado cauce de los ríos.
Cuando terminen las obras de limpieza debiera ponerse en valor este singular paraje mediante un sendero fluvial que conectara con la zona de la Venta y un mirador para el que merecería la pena consolidar y restaurar el viejo puente de hierro.
La Consejería de Medio Ambiente pretendía con ello recuperar el cauce del río, tal como se presentaba cincuenta años atrás, al haber perdido en este tiempo buena parte de su capacidad para transportar y dar salida a los caudales de avenida. La progresiva invasión de la vegetación (especialmente eucaliptos) y la colmatación de las riberas y el cauce con sedimentos finos retenidos por la arboleda, habían disminuido notablemente la sección del canal fluvial y su capacidad de evacuación en los momentos de grandes crecidas, favoreciendo así los desbordamientos e inundaciones.
Los comienzos de las obras de restauración ambiental del cauce del Guadalete tuvieron lugar en septiembre de 2010. Se realizaron entonces los primeros trabajos de eliminación de grandes pies de eucaliptos y de retirada de sedimentos en los alrededores del Puente de Cartuja. La llegada de las lluvias de otoño e invierno obligaron a la interrupción de estas tareas que habían empezado a cambiar la fisonomía de distintos puntos de la ribera.
A lo largo del verano de 2011 se reanudaron las obras en numerosos puntos de la cuenca y desde “entornoajerez” hemos venido visitando los distintos tajos abiertos para conocer de cerca los trabajos que se están realizando, tal como expondremos en la serie de reportajes que hoy iniciamos.
Las actuaciones que se están llevando a cabo son de gran envergadura, a juzgar por los más de 30 puntos distintos de la cuenca, repartidos en 14 términos municipales, desde Alcalá del Valle hasta Jerez, donde se están realizando tareas de limpieza y restauración fluvial. Las intervenciones afectan tanto al río Guadalete, como a una veintena de sus afluentes entre los que se incluyen también arroyos que experimentan grandes crecidas en episodios de lluvia. Por centrar los comentarios en los lugares más significativos donde se realizan tareas de mayor calado, empezamos hoy por la Junta de los Ríos, un paraje sobradamente conocido donde unen sus aguas el Guadalete y el Majaceite, su principal afluente.
El lugar es de gran interés paisajístico por la confluencia de los dos principales ríos de la cuenca presentando las riberas un gran desarrollo arbóreo con presencia de una frondosa alameda en la que crecen también distintas especies de sauces y, en menor Sifón del Majaceite: acceso. (septiembre 2011)medida fresnos. Sin embargo, desde la década de los cincuenta del siglo pasado los eucaliptos comenzaron a poblar las orillas del río y el propio cauce donde contribuyeron a retener sedimentos produciendo un estrechamiento del mismo.
En la Junta de los Ríos se habían construido a comienzos del siglo XX los emblemáticos sifones en arco (conocidos popularmente como “las morcillas”) para que los canales de riego del cercano embalse de Guadalcacín pudieran salvar el Guadalete y el Majaceite. De la misma manera se había levantado un singular puente de hierro en la carretera Arcos-Vejer. Ambas obras pueden verse en las fotografías realizadas en la década de los veinte del siglo pasado, que en diferentes ocasiones hemos reproducido en esta sección. En ellas puede apreciarse como en las riberas de ambos ríos aparecen despejadas y con escasa vegetación arbórea. Todo lo contrario de lo que nos mostraban hasta hace apenas unos meses, donde tanto el viejo puente de hierro como los sifones apenas podían entreverse entre el espeso ramaje de los eucaliptos que invadían las orillas y aún el propio cauce de los ríos.
Con las obras de restauración y limpieza llevadas a cabo en estos meses la escena ha cambiado notablemente. Al eliminarse los grandes pies de eucalipto que habían crecido junto al puente de hierro, algunas de cuyas grandes ramas se entrelazaban con la estructura, amenazándola seriamente, hemos recuperado una insólita visión de esta singular obra que reclama una restauración para que pueda ser puesta en valor como ha sucedido con otros elementos.
Si desde el puente observamos, aguas arriba, el punto donde físicamente se unen el Guadalete y el Majaceite, encontraremos que las riberas y cauces en este lugar conocido como “la Junta de los Ríos” se ha realizado un notable trabajo de restauración y limpieza y que ahora si es posible distinguir con nitidez ambos cursos fluviales. Basta con observar las fotografías que sólo unos meses antes habíamos tomado en este lugar para tomar conciencia de la envergadura del trabajo realizado.
La retirada de sedimentos y la eliminación de eucaliptos ha permitido también dejar a la vista la magnífica estampa del sifón del Majaceite, que luce ahora despuntando sobre la alameda y que podremos ver desde el mirador de excepción en el que se ha convertido el viejo puente de hierro. Unos meses atrás, sólo la torreta de coronación que emergía entre la copa de los árboles como un “periscopio”, daba pistas de que allí se levantaba una singular obra. En el cauce del Majaceite se ha “descubierto” también ahora una “isleta”, con la retirada de sedimentos, que provoca la separación del canal en dos brazos. Los álamos, sauces y tarajes dominan ahora en la galería, al haberse eliminado buena parte de los grandes eucaliptos que impedían el normal desarrollo de la vegetación autóctona.
El sifón del Guadalete queda aún oculto en la espesura, si bien podría haberse realizado una descarga de la copa de los grandes árboles que lo ocultan aprovechando los trabajos de limpieza efectuados en la trasera de la Venta de la Juna de los Ríos. Este lugar bien podría convertirse en un singular balcón-mirador sobre el Guadalete.
El nuevo puente de la carretera ha ganado también en ligereza con la limpieza de los grandes pies de eucaliptos que lo rodeaban y el pequeño embarcadero de la Granja Escuela que ha quedado ahora a la vista, invita –ahora más que nunca- a dar un paseo en piragua por el renovado cauce de los ríos.
Cuando terminen las obras de limpieza debiera ponerse en valor este singular paraje mediante un sendero fluvial que conectara con la zona de la Venta y un mirador para el que merecería la pena consolidar y restaurar el viejo puente de hierro.
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