La Audiencia Provincial de Ourense ha acogido este martes el juicio contra P.M., acusado de embaucar a una anciana para que lo designara como heredero en el año 2019. El hombre ha asegurado que la propia víctima le había confesado que se sentía "sola".
Según el escrito de acusación del ministerio público, P.M., que residía en el mismo edificio que la anciana, de 83 años por aquel entonces, se aprovechó de su vulnerabilidad y del escaso contacto que mantenía con su hija y su nieto para acercarse a ella con el propósito de hacerse con sus bienes.
En junio de 2019, la llevó ante un notario en Lugo para que firmara un testamento en el que lo nombraba heredero, a pesar de que solo doce días antes había firmado su patrimonio para su nieto, familiar con el que mantenía más relación. La mujer acabaría falleciendo en julio de ese mismo año.
El acusado se llevó a vivir a la anciana a su propio piso, donde perdió el contacto con las personas que más trataba: un hombre que le ayudaba con tareas rutinarias como sacar al perro y su nieto, con el que se comunicaba vía telefónica de forma habitual. Ambos estuvieron varias semanas sin saber nada de la víctima, hasta que se enteraron de que estaba en el domicilio de su vecino, todo ello según Fiscalía.
En el juicio, testigos relevantes, como la persona que le ayudaba a sacar el perro, quien trataba con Rosario a diario, declararon que la anciana mostraba una clara intención de dejar su herencia a su nieto. Además, relataron que Rosario se mostraba "apagada" y "extraña" después de pasar a vivir con P.M .que, en al menos una ocasión se llevó las llaves de su vivienda, devolviéndolas casi una hora después.
Durante su estancia en la vivienda de P.M., Rosario tuvo un episodio de crisis en el balcón, que alertó a las autoridades. Tras esto, fue ingresada, llegando a ser tratada por el área de psiquiatría, desde la cual se manifestó que presentaba episodios de desorientación y discurso incoherente y que su situación daba indicios de ser altamente manipulable y probablemente de no estar en condiciones de firmar testamentos.
P.M., por su parte, negó las acusaciones y afirmó que Rosario tenía problemas familiares y se encontraba "sola". En su testimonio aseguró que la anciana tenía problemas de aseo personal y que su familia no la visitaba con regularidad, por lo que decidió intervenir y ayudar.
Además, subrayó que la mujer tenía libertad de movimiento y que poseía las llaves de su casa. La limpiadora del domicilio del acusado testificó que nunca escuchó que la anciana se sintiera retenida contra su voluntad.
Posturas de las partes
La Fiscalía sostiene que el acusado manipuló y coaccionó a la anciana para conseguir su herencia y resalta la falta de transparencia en la gestión del testamento ante el notario de Lugo. Por ello, solicita un año y seis meses de prisión por delito de extorsión, o subsidiariamente un delito de coacciones, además de la nulidad de los documentos firmados por la víctima.
Por su parte, la acusación particular, considera que se trata de un caso de estafa y secuestro, y solicita una pena de 11 años de cárcel. Argumenta que el acusado ejerció un engaño consciente para apropiarse del patrimonio de la víctima, señalando incluso que hubo un maltrato que derivó en lesiones, entre ellas un traumatismo craneoencefálico.
La defensa del acusado ha rechazado las acusaciones, destacando la personalidad bruscamente cambiante de la mujer, que realizó trece testamentos en total (solo uno con P.M.) y en diferentes ciudades de Galicia. Asimismo, argumenta que todos los testigos coinciden en que Rosario estaba en plenas facultades, por lo que no se puede dar engaño ni manipulación, sino meras conjeturas y suposiciones.