España registra una tasa de economía sumergida que representa el 24% del Producto Interior Bruto (PIB), solo por detrás de Grecia (36%) e Italia (31%), según se desprende de un informe del Centro para la Investigación Económica y sobre Políticas (CEPR, por sus siglas en inglés).
Aunque es prácticamente imposible realizar una medición precisa, el escaso número de estimaciones existentes sugiere que la economía sumergida es elevada, con una media de un 17% del PIB en las economías avanzadas y de un 33% en las economías en desarrollo y los mercados emergentes.
De acuerdo con el estudio, España se situaría por encima de esa media del 17% que registran las economías avanzadas, con un 24% del PIB, solo superada, a nivel europeo, por Grecia (36%) e Italia (31%).
En el extremo contrario, con niveles inferiores al 10%, se sitúan Austria (0,9%), Dinamarca (0,9%), Estonia (0,8%), Eslovenia (0,7%), Suecia (0,6%) y Bélgica (0,5%).
Para los autores del informe Francesco Pappadà y Kenneth Rogoff, es "llamativo" que los economistas hayan prestado tan poca atención a la economía sumergida cuando claramente parece ser una parte tan grande y variable de la actividad económica global.
"La economía sumergida ha seguido siendo un gran punto ciego para la política macroeconómica y financiera, y no debería seguir relegada a los márgenes de la investigación económica", han remarcado los autores en el estudio.
Los métodos anteriores de los economistas para medir la economía sumergida se basaban en aproximaciones indirectas, como la circulación de efectivo o el consumo de electricidad, o en inferencias basadas en modelos macroeconómicos muy estructurados.
Sin embargo, en este análisis se presenta un nuevo enfoque algorítmico y fácilmente actualizable para estimar la actividad informal en Europa, cruzando datos del IVA y encuestas de consumo.