La
Fundación Nueva Cultura del Agua ha presentado el
informe "Los impactos de la minería en Andalucía Occidental", elaborado por
expertos de la Universidad de Sevilla (US) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO). El informe explica que el actual
auge de la minería puede provocar un
"colapso hídrico" en la región debido a la
acumulación de metales pesados en ríos y acuíferos, afectando gravemente el
suministro de agua potable. Además, el estudio alerta sobre los
dos nuevos vertidos mineros en Sevilla, Mina Las Cruces y Aznalcóllar, que podrían
multiplicar por diez la contaminación del estuario del Guadalquivir y comprometer el abastecimiento de agua potable. Ante este panorama, los investigadores proponen una
moratoria en los permisos para nuevas explotaciones mineras hasta que se estudien en profundidad los efectos de la contaminación en el agua destinada a la
agricultura, la pesca y el consumo humano.
Uno de los vertidos, vinculado a la
reapertura de la explotación minera de Aznalcollar gestionada por el Grupo México a través de Minera Los Frailes, se encuentra en su
fase final de aprobación y podrá verter sus residuos en el e
stuario del Guadalquivir de aprobarse. El segundo proviene de la
mina Las Cruces, gestionada por la multinacional canadiense First Quantum, que ha estado
vertiendo residuos al estuario desde 2008, y que
planea ampliarse, a pesar de que sus anteriores directivos fueron
condenados por delitos ambientales. Según el informe, estos dos vertidos
superarán en magnitud y toxicidad a los ya existentes, elevando el nivel de contaminación a niveles críticos.
El investigador
Jesús Castillo, coautor del informe, advierte que las
previsiones realizadas por la compañía minera y asumidas por la Junta de Andalucía han sido erróneas. "El estuario
ya está contaminado con metales pesados, algo que debería poner en alerta a las autoridades y a la ciudadanía", subraya Castillo. La introducción de estos nuevos vertidos podría hacer que el
Guadalquivir se convierta en una "cloaca", afectando la
biodiversidad del río y las
actividades económicas ligadas a él, como la
pesca.
Además, los expertos destacan que l
os efectos no se limitarán al Guadalquivir. La
cuenca del Guadiamar, un río fundamental para Doñana y su entorno, y la Rivera de Huelva, cercana a la
desembocadura del Guadalquivir, también
recibirán residuos. "Estos proyectos suponen una ampliación temeraria de la frontera de la minería en nuestra tierra", afirman los investigadores.
Los embalses en peligro: Andévalo y Chanza
El informe también señala que la contaminación minera pone en
riesgo el suministro de agua potable en Andalucía. El
embalse de Andévalo, el
más grande de la región con una capacidad de 600 hectómetros cúbicos, junto con el
embalse de Chanza,
abastecen al 70% de la población de Huelva y a su agricultura intensiva. "Estos embalses son
fundamentales para el riego y el consumo humano, pero los residuos mineros ya están filtrándose en ellos", advierte el estudio.
Las
lluvias agravan el problema, ya que
arrastran los metales en disolución desde antiguas explotaciones mineras hasta estos embalses. Además, el informe señala que en pleno corazón de esta cuenca se planea abrir una
nueva explotación, la
mina Romanera, en Puebla de Guzmán. "Si esta mina entra en funcionamiento en los próximos 10 o 20 años, el drenaje ácido minero aumentará de forma notable", alertan los expertos. También, empresas mineras tienen la
vista puesta más al norte de la provincia, en Cortegana, con propuestas de
abrir una mina en pleno nacimiento de la ribera de Alcalgoza.
La acumulación de metales pesados en los embalses plantea una pregunta clave:
¿Hasta cuándo podrán seguir suministrando agua en condiciones potables? Según el informe, la respuesta es incierta, ya que las sustancias tóxicas se están acumulando sin control.
El informe también pone en relieve la
situación crítica de ríos como el Odiel y el Tinto, que junto con el Guadalquivir constituyen las
principales fuentes de contaminación minera que llegan al océano Atlántico.
Moratoria y crítica a la Junta de Andalucía
Los investigadores denuncian que la
Junta de Andalucía, lejos de frenar estos proyectos, se ha convertido en su
principal promotora. Por esta razón y para
prevenir el “colapso hídrico”, el informe ‘Los impactos de la minería en Andalucía Occidental’ plantea una
moratoria de nuevas minas en la Franja Pirítica Ibérica hasta que se estudien en profundidad los efectos de la acumulación de contaminantes mineros en ríos y acuíferos y sus impactos en zonas agrícolas, en las actividades pesqueras y el agua para abastecimiento humano.
Los investigadores hacen un
llamamiento urgente a las administraciones para que reconsideren estos proyectos mineros y p
rioricen la protección del agua y el medioambiente. “Ni las autoridades ni la ciudadanía son conscientes del grave peligro ecológico, social y económico que representa la minería en Andalucía hoy en día”, concluyen.