Sí, ya en los años cincuenta me inculcaron en Estudios Politécnicos Madre de Dios, el colegio de los Jesuitas que hoy conocemos como Funcadia, por aquello de don Carlos Díaz y Franco de  Llanos, su fundador, y que luego sería la Compañía de Jesús la que marcase las directrices de la institución docente de las más antiguas y prestigiosas de Huelva, a la que sigo vinculado porque ahí recogieron la antorcha mis dos nietos de l4 y 12 años de edad y a los que comentaba estos días una serie de malformaciones históricas sobre el descubrimiento de América, surgidas donde sin que nadie haya puesto las cosas en su sitio sobre esa infinidad de pormenores relacionados con el descubrimiento de América que se atribuyen a Sevilla -mi admirada Sevilla por otros muchísimos conceptos- y donde las grandes figuras constituyen la guinda del XII Premio ‘Manuel Clavero Arévalo’, otorgado por un grupo periodístico de implantación regional...

Sí, y no deja de sorprenderme que el premio sirve o ha servido para saldar cuenta con los guardianes más ilustres de la Sevilla de Cristóbal Colón. El premio ha recaído en un matrimonio de humanistas formado por Consuelo Varela y Juan Gil, miembros de la Real Academia Española desde 2011, como reconocimiento a una trayectoria docente e investigadora ejemplar; un matrimonio que se ha convertido “en todo un referente de la etapa colombina”. Sí, ¡ojo al dato! que podremos encontrarnos, según leo, con “libros maravillosos”, “como la edición definitiva de los textos, cartas y documentos completos de Cristóbal Colón que sacó en primavera  Arthenaica, y formando parte “de lo más voluminoso” del panorama actual en sus respectivos campos de especialización”...

Sí, no me ha sorprendido en demasía la noticia pero sí ha despertado en mí y en un buen número de amigos cierta intriga porque, a lo mejor, o a lo peor, hay mutación de papeles y lo mismo que en plan popular más de una vez sitúan al santuario de El Rocío en la provincia de Sevilla, a lo mejor, a lo peor, menosprecian o desgajan el verdadero protagonismo de Huelva y de Palos de la Frontera y Moguer, y de algún que otro enclave de la zona, y me llega a preocupar este asunto porque no es la primera vez que hay intentos de negociar o lo que sea menos escabroso con el Archivo de Indias para que retornen a Palos de la Frontera una serie de documentos que ahora mismo serían el mayor atractivo documental de la gesta que protagonizaron marineros de estos enclaves a las órdenes de don Cristóbal, monasterio aparte, pero siempre echando de menos toda esa parafernalia documental que me imagino habrán ido pasando por las manos de estudios e investigadores en ese para mí Archivo de Indias, ahí donde reposa la inmensa mayoría de testimonios de la epopeya iniciada en la Rábida en 1492...

Sí, algo que debería estar en La Rábida, que como escribió Manuel Siurot Rodríguez en su libro ‘La emoción de España’, “es la cuna del descubrimiento de América, es el santuario donde la raza hizo concurrir todas sus energías espirituales y toda la preparación material necesaria, para lanzar a través del mar tenebroso aquellas carabelas, gaviotas incansables, emisarias del genio de España, de quien recibieron mandato por el que, ni las noches medrosas, ni la oscuridad geográfica, ni las tormentas, rebeliones, misterios ni desesperanzas, fuesen poderosos a vencer el propósito férreo de llegar a las tierras nuevas”. Y más: La Rábida, y el insigne maestro de niños pobres al que precisamente en Sevilla,  no hace mucho trataron de eliminar su nombre de una avenida, sí, precisamente tal agravio hacia un hombre que no dudó en afirmar que La Rábida “representa el monumento culminante de la expansión de España...”

Sí, casi ná, y de ahí el título del libro, “La emoción de España”, y de ahí frases de don Manuel como cuando afirma que “el mar no es el enemigo de España”, atribuyendo la expresión al padre superior del monasterio cuando los alumnos en viaje por España, protagonistas del libro al que me refiero así lo exclamaron y el sacerdote dijo que no: el enemigo fue  hasta el siglo XV; pero los marineros de Huelva, de Moguer, y de Palos, lo convirtieron a la fuerza en un aliado de las ideas de España. El camino de América, que es el mar, es la amistad de los dos mundos … Sí, porque La Rábida es ahora mismo la emoción de España y su entorno, sin más dilación no pueden seguir esperando a constituir ese Patrimonio de la Humanidad que en justicia corresponde a un enclave ahora mismo en el punto de mira de la Diputación Provincial de Huelva y cuyo presidente, David Toscano Contreras, ha asumido en toda su magnitud ese mandato que representa en La Rábida el momento culminante de la Expansión de España. La verdadera historia, concluiré, no está precisamente en Sevilla y hora es que nuestro secular letargo sea pronto algo más que simple euforia y orgullo. ¡Eso!...