Hoy viajaremos a 1960, hasta un local de Manuel Malia Almazo en la calle Cádiz, cerca de la Iglesia San Paulino, donde Pepe Machaco, afamado y cordial camarero, abrió la ‘Cervecería’, un moderno bar que servía cerveza de barril al estilo sevillano. Era muy visitado por armadores, patrones y personas de bolsillos ligeritos. También lo frecuentaban marineros, especialmente cuando los barcos partían. Este establecimiento tenía un soleado patio cubierto con cañizo, que Pepe regaba las tardes de verano para hacer más apacible la estancia de sus clientes. Así, disfrutaban las cañas de cerveza, completamente diferentes a los botellines del ‘mórbido gordinflón’, ‘Estrella Damm’, ‘Cruz Blanca’ o ‘Cruz del Sur’. Las latas solo se utilizaban para conservas.
Fue allí donde el germen carnavalesco cautivó a los primeros Bandoleros, cuya afición venía impregnada de los antiguos aficionados del Bar Gallardo: Pepe y Andrés Mayo –hijos del Titi, afable gaditano que regentaba el `palenque´–, Pedro Muñoz Soriano, Manolo Herrera García, mi primo Paco Tamayo Malia, Antonio Castillo, Antonio el Canario, Pepe Arroyo, Pepe el Kanca, Cipriano, el Botica, y otros aficionados que, abusando de la templanza de Manuel Pacheco Galván –hermano de Pepe Machaco– y, más tarde, Manolo Chapeta, convertían el mostrador en un excelente escenario propagando músicas y letras de Paco Alba, Enrique Villegas, Fletilla, Chimenea..., máximos exponentes del bendito carnaval gaditano. ¡Mejor dicho, ‘Fiestas Típicas Gaditanas’! Denominación impuesta por la censura azul y roja de un régimen que prohibía hasta la ‘dieta mediterránea’. Para información de muchos: el anagrama o marca que aún se conserva en el telón del Gran Teatro Falla fue creado por Luis de la Vega Romero, y no quiere decir Gran Teatro Falla, sino Fiestas Típicas Gaditanas.
Por la amistad que unía a los célebres aficionados del Bar Gallardo, conocimos a Antonio Pérez el Charpa, director de los ‘Gitanos Errantes’ –que estaba pintando el Bar España–, a Paco Alba, Chatín, Moreno, El Sopa, de los festivales del Medinaceli. La comparsa de Enrique Villega tenía como lugar de reunión el Hóstal. Sobre esto hay una graciosa anécdota: “Reunidos Paco Alba y su comparsa en el cuartito del Bar Gallardo, el año de Currusquillos Gaditanos y Dandys Negros, Pedro Sorianos y Paco Tamayo, les dijeron: Vais a escuchar a los niños del barrio que cantan muy bien por Cai: Ico, José Varo, Pacheco, Paco Medina, Juan José Dávila, J.M. el Barbero, El Cheva, Poina, Miguel Corrales, Cañejo, Guillermo y un servidor, acompañado de una cajilla de cerillas que sacó Manuel Moreno Pavón (el Moreno). Comenzamos a cantar: “Yo soy, yo soy negro como sombra, la sombra que da la noche y así negro moriré...” (la presentación de los Dandys Negros), a lo que dijo Paco Alba, algo subido de tono: “Lo habéi cantado mú bien, picha, pero irse pá ‘Lostál’ que es donde está el grupo de Villega”.
Entre las modernidades de la cervecería, había una sinfonola con la canción de moda de Rafael Farina: Tuy Tuy Garrotín. Pero nosotros ahorrábamos los ‘duritos’ para escuchar tangos de los Marcianos y los Bichitos de Luz. Bueno, después de muchas comparsas y chirigotas, en el año 2022 se reúnen en Barbate cuatro autor@s para crear: La Fábrica de Conserva, Las del Puerto y el Baúl de la Piqué. ¡No sé! Pero después de correr otro año más las Regatas de Botes, ahí estamos “cororeando”… Hasta el mes de septiembre y que paséis un verano fresquito.
