José Díaz, el joven onubense de 33 años que hace tres años sufrió una necrosis cerebral dejándole secuelas irreversibles como la pérdida de la vista y el habla y prácticamente toda la movilidad, ha muerto este lunes después de recibir la eutanasia, una medida por la que llevaba año y medio luchando.
Así lo han confirmado a EFE fuentes familiares desde donde, a pesar de la pena por su marcha, se han mostrando satisfechos por que se ha cumplido la voluntad de morir dignamente de este joven completamente dependiente.
La lucha para lograr su objetivo comenzó poco hace más de año y medio después de que tras perder la esperanza de recuperar la visión y el habla, fuera perdiendo la movilidad de forma progresiva, dejándolo en una situación en la que él no quería vivir.
El pasado 22 de febrero la Comisión de Garantía y Evaluación para la prestación de ayuda para morir comunicó a la familia que se le había autorizado la práctica de la eutanasia. Tras la noticia, él y su familia fijaron la fecha para recibirla el 1 de abril.
Este lunes ha hecho realidad su deseo y ha puesto fin a un camino de más de año y medio en el que se había solicitado la petición sin éxito en dos ocasiones, encontrándose con distintas trabas, entre ellas la objeción de conciencia de los médicos, lo que iba dilatando el proceso.
El origen del estado en el que se encontraba Díaz se encuentra en 2021 cuando sufrió una intoxicación por metanol durante un accidente doméstico que lo mantuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva varios meses, dejándole secuelas cerebrales irreversibles.