El tiempo en: Galicia
Miércoles 27/11/2024
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Hablillas

Las bandas sonoras para despedir los días

Fotos, libros, dibujos, labores, plantas, frases, audios, relatos, miles de formas corretearon sin descanso para entretener la ansiedad

Publicado: 04/02/2024 ·
20:45
· Actualizado: 04/02/2024 · 20:45
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

VISITAR BLOG

Hace cuatro años que nuestra vida se tambaleó y para vivir aquellas jornadas de confinamiento recurrimos a entretener la incertidumbre utilizando las redes sociales. Ellas nos acompañaron mientras compartíamos todo cuanto la imagen y el sonido nos permitieron. Los más escépticos dejaron de abominar y aceptaron esta forma de comunicación, de amistad y a todos nos sirvió para tener la certeza de que los lazos también podían anudarse entre una pantalla y otra.

Fotos, libros, dibujos, labores, plantas, frases, audios, relatos, miles de formas corretearon sin descanso para entretener la ansiedad, dando, recibiendo y devolviendo abrazos, besos virtuales y también deseos de un buen día para tempraneros y una buena noche para noctámbulos, dejando en las casillas, entre muchas sugerencias, la banda sonora de una película, una buena elección para irse a la cama sin sueño y abrir los recuerdos, volviendo la entrada en la mano mojada porque esa tarde llovía a mares, el olor de las palomitas acallando la música ambiental, un móvil fastidiando para acabar en el coraje de no saber cuándo íbamos a volver a pisar la sala.

José Carlos Fernández Moscoso, cinéfilo y crítico, despidió aquellos días de confinamiento de esta forma y aquellas bandas sonoras las reunió en el libro que titula la hablilla de hoy. El aulario La Bomba, convertido en sala de proyección por la voz y la perfecta dicción de Bruto Pomeroy y la mano de Aurora a cargo de las luces, acogió una presentación donde la palabra y la imagen hablaron por la música. A partir de la melodía, de su atractivo, José Carlos nos fue desvelando su narración, la forma en que la música cuenta más que habla en una escena o durante un silencio.

Una presentación muy cinematográfica, tan actualizada como particular, pero sin perder la esencia, la erudición de aquellas primeras críticas que oímos por la radio y asomaron algo más tarde por televisión, es decir, las que orientaban al espectador con el análisis enlazado al argumento, a la descripción de los personajes, al trabajo de los actores, salpicadas con anécdotas de los rodajes y la música, que en las carátulas de los vinilos añadían de cine. Una presentación urdida con excelencia, tramada con originalidad y regalada con cercanía.

Si la pintura estuvo en los libros, ahora podemos leer las bandas sonoras después de haberlas mirado y oído en estas páginas.

Cuánto habría disfrutado Carlos Pumares.


 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN