‘Quien tiene un amigo tiene un tesoro’. Así reza una de las oraciones más conocidas del refranero español y debe ser verdad a nivel mundial incluso tras la conclusiones de un profesor de la Universidad de Harvard. Arthur Brooks, especializado en economía y gestión de la vida, detalla en uno de sus populares cursos las pautas fundamentales de la felicidad y cómo lograrla a través de los amigos.
Para ello, El destacado profesor categoriza las diferentes amistades que podemos tener en función a nuestro estilo de vida y puntos en común. Mediante el estudio “The Study of Adult Development”, Brooks establece tres tipos de amistades:
Amistades de Utilidad: Estas amistades son como un intercambio justo en el que das y recibes en igual medida. Puedes pensar en ellas como relaciones comerciales en miniatura, donde las transacciones ocurren de manera regular. Para ilustrar este concepto, Brooks utiliza ejemplos como las relaciones laborales o comerciales, donde los trueques y acuerdos son la norma.
Amistades basadas en el placer: Imagina una relación donde ambas personas están simplemente encantadas la una con la otra. En estas amistades, la admiración es mutua y recíproca. Piensa en ello como un intercambio de maravillas, como cuando tienes un amigo cuya inteligencia te asombra, y, como una fuente inagotable de conocimiento, te sumerge en un océano de información y curiosidades que nunca habrías descubierto por ti mismo.
Amistades perfectas: En el mundo de las amistades, existe una categoría que va más allá de la conveniencia o el mero placer; es aquella en la que el objetivo es mejorar la vida de ambos involucrados. Imagina una conexión donde dos almas se entrelazan con el propósito de elevarse mutuamente. Puede ser tan profunda como una relación amorosa, donde ambas personas se esfuerzan al máximo para tejer juntas una historia de crecimiento y superación.
Lo dicho: ‘Quien tiene un amigo tiene un tesoro’.