Los deberes escolares, fuente de conflictos y desgaste emocional en el hogar, recaen de modo mayoritario en las madres, en el 82% de los casos, y ocupan hasta tres horas diarias en la vida del alumnado, según una investigación basada en una encuesta a 1.787 familias españolas.
Con el comienzo del curso académico se reabre todos los años el debate y las quejas sobre las tareas en casa y, en contra de lo esperado, el estudio evidencia que el 53 % de los hogares los apoya, porque creen que "influye de manera determinante en el rendimiento", explica en una entrevista con EFE Juan Antonio Gil Noguera, uno de los autores de la investigación, junto a José Santiago Álvarez Muñoz y Ángeles Hernández Prados, de la Universidad de Murcia.
Sin embargo, puntualiza, la literatura científica está dividida respecto a "si existe una relación directa con el rendimiento académico teniendo en cuenta que en educación hay multitud de variables que afectan".
El trabajo comenzó a raíz del confinamiento por la Covid-19 y ha continuado con otro estudio en profundidad sobre la misma cuestión, aún no finalizado, pero que ya arroja algunos resultados parciales.
De acuerdo con la percepción de las familias consultadas, la mayoría destina entre una y dos horas al día a estas tareas.
En concreto, durante el confinamiento el 50 % de los hogares con hijos en primaria dedicaron a los deberes entre una y dos horas y un 41,5 % tres o más horas, mientras que en secundaria el primer porcentaje se situó en el 28,3 % y el segundo (tres horas o más) en el 46,1 %.
Sin embargo, sin la pandemia, el 36,45% de los hogares con niños de entre 6 y 12 años dice tardar menos de una hora frente al 55 % que responde entre una y dos horas, y solo el 7,1 % afirma dedicar entre dos y tres horas. En secundaria, el 15,4 % responde que menos de una hora, el 56,82% entre una y dos horas y el 21,47% entre dos y tres horas, añade Gil Noguera.
Entre los resultados del estudio destaca que en la organización de los deberes escolares casi siempre es la madre la que presta el apoyo, en un 82 % de las ocasiones: "Aún existe esa feminización de la educación tan arraigada y es ella principalmente la que atiende" a estos temas, con el "desgaste emocional" que ello conlleva.
En el informe "hemos encontrado un pequeño agotamiento o deterioro de las relaciones familiares a la hora de hacer los deberes"; en ocasiones hay "desgaste emocional o conflictos" ya sea porque el estudiante no está motivado o tiene dificultades de aprendizaje, entre otras razones.
Otro factor clave que influye en las tensiones es que las familias a veces consideran que "no tienen los conocimientos y las herramientas necesarias para ayudar a sus hijos con las tareas".
Esto último todavía "está en investigación, porque hemos hecho una nueva encuesta de una forma más detallada sobre cómo afecta al clima familiar y cuáles son las estrategias de afrontamiento".
En su opinión, los deberes son beneficiosos, pero con "un asterisco": "Es importante cambiar el tipo de deberes al que están acostumbrados, los típicos de repetición y repetición" y, en su lugar, hay que apostar por otras tareas que también benefician al alumnado como "el juego y actividades que ayuden a mejorar su pensamiento crítico y creativo".
"No estoy en contra de los deberes, porque la repetición y la memorización es también fuente de aprendizaje, pero creo que debe existir una regulación normativa del tiempo de deberes escolares como hay en otros países. Aquí en España cada profesor hace lo que considera".
Según un informe de la OCDE de 2012, España era el quinto país que más recurría a los deberes, concluye Gil Noguera.