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Biología del poder absoluto (I)

El PP de Juanma, o el Juanma torerísimo del ¡dejadme solo!, con el pp minúsculo y en minúscula, que para el caso es igual pero no es lo mismo, el del culto...

Publicado: 26/06/2022 ·
21:44
· Actualizado: 26/06/2022 · 21:44
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  • Juanma Moreno, flanqueado por Érik Domínguez y Elena González. -
Autor

Manuel Expósito

Director general de Gestión de Medios Jiennenses

Expositor

El blog Expositor se centra en la crónica política de la semana en Jaén y provincia

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El PP de Juanma, o el Juanma torerísimo del ¡dejadme solo!, con el pp minúsculo y en minúscula, que para el caso es igual pero no es lo mismo, el del culto a la personalidad del yernismo suavón y lisonjero, ganó por mayoría absoluta, casi sin despeinarse. Atrás quedaron tres años y medio de moderantismo mal disimulado y una carrera electoral larga y anodina en la que corrió sin oposición, sin rivales, estimulado acaso en el primer tramo por la liebre de Vox. Lo tenía todo a favor: un Frankenstein al borde del frenopático en Madrid, los cascotes de los EREs flotando todavía en el Guadalquivir y una prensa regional adocenada, contadas excepciones al margen, moviendo la cola entre sus piernas. Así se construye el relato y se escribe la Historia. Cuando el 19-J, a mediodía, se filtraba (filtrable, no publicable) la encuesta realizada por la empresa demoscópica del gurú Narciso Michavila, GAD3, durante los 15 + 1 (jornada de reflexión) días de campaña, 9.200 entrevistas, 1,04% de margen de error, ya hasta sobraba el acostumbrado sondeo ‘israelita’ a pie de urna. El efecto ‘Olona’, a la postre, como avanzaba el sagaz sociólogo, terminaría desinflándose a resultas del denominado ‘voto dual’, o trasvase hacia el voto útil: “Mucho votante de Vox que nos dice que en generales votaría a Vox y que en las andaluzas votará al Partido Popular”. Ello, unido a la incapacidad a la izquierda del PSOE de movilizar a su electorado hasta alcanzar, a través de 2 candidaturas distintas, aunque no suficientemente diferenciadas, al menos los 17 escaños de 2018, puso a huevo a Moreno Bonilla el objetivo soñado: el gobierno en solitario.

Andalucía se declara mayoritariamente de centroizquierda, pese a que otorgue una victoria aplastante a la derecha. Nadie se lo hace mirar. ¿Para qué? Requeriría, consecuentemente, asunción de responsabilidades. La tendencia detectada en los anteriores comicios autonómicos se repite al alza, reforzándose y consolidándose. La suma de las tres derechas pasa de 59 a 72 parlamentarios, justo los que pierde la izquierda, desunida y peripatética. Ni una dimisión después del batacazo. Los dos socios del Gobierno de España atribuyen el fiasco a la convocatoria anticipada, a las prisas, a un candidato (el socialista) poco placeado y a unas marcas ‘ad hoc’ (Por Andalucía y Adelante Andalucía-Andalucistas) que invitaban, por despecho y desconocimiento, a quedarse en casa. Sólo la mesiánica Teresa Rodríguez, en un ejercicio de surrealismo delirante, se permitió sacar pecho con su pírrico saldo de 2 diputados, autoerigiéndose en protagonista trascendental del freno a la ultraderecha. Fue ella, más que cualquier otra persona, circunstancia o cosa, con su cháchara mitinera y su cara bonita en las papeletas, la clave de bóveda del ‘No pasarán’, de Despeñaperros a la Bahía. En Jaén Merece Más, el lamento fue la brecha entre el promedio de respaldo provincial, 5,88 por ciento, y el recabado específicamente en la capital, 17,11 %. Whatsapp para consumo interno: “Por sólo 3.855 votos no salió el parlamentario de JM+. Qué pena, faltó muy poco. En Linares, con apenas 800 votos, esperábamos mucho, mucho, más, teniendo además en la lista como número 2 a Maite Dueñas, linarense que era de ‘Todos a una por Linares’, y pusimos también en el número 3 a Javier Saigner, linarense, portavoz de esa misma plataforma ciudadana y cabeza de ‘Levanta Jaén’. Hicimos todo lo posible”. En plena resaca electoral, desde ‘Levanta Jaén’, no obstante, se reclamaba reformular el proyecto mediante “una marca provincial donde quepan los 97 municipios (…) y todos los colectivos y plataformas puedan sentirse identificados”.

El impacto del resultado marca un tiempo de espera en todos los cuartos de banderas. El nuevo Ejecutivo monocolor de Juanma tendría 2 consejerías más: Elías Bendodo y Juan Bravo se dedicarán en exclusiva a solidificar la alternativa ‘Feijóo’ en Madrid; Medio Ambiente se desgajaría de Agricultura, con salida garantizada de la almeriense Carmen Crespo e incorporaciones probables de la onubense Loles López Gabarro (secretaria general del PP-A) y el sevillano Vicente Pérez García de Prado (secretario general de Agricultura en la actualidad, procedente de Asaja); el macrodepartamento del vicepresidente Juan Marín se dividiría en dos, separando Turismo de Administración Local; Patricia del Pozo presidiría el Parlamento y Marifrán Carazo, conservando Fomento, sería la nueva portavoz del Gobierno; en tanto no se descarta la continuidad de algún consejero de Ciudadanos (quien más suena es Rocío Blanco, titular de Empleo), por más que se autoexcluya, de antemano, el jefe de filas Marín. ¿Algún jiennense, con posibles, que supla la marcha de Juanele? Siempre se manejó como plausible el ascenso en Salud y Familias de Catalina García, e incluso a José Antonio Miranda, director general de Gestión Económica y Servicios del SAS. Por lo demás, Érik Domínguez y Maribel Lozano estarían en condiciones de jugar sus bazas en la nueva dirección del grupo parlamentario, al tiempo que sería una tremenda sorpresa que Jesús Estrella no permaneciera como delegado del Gobierno.

En el laboratorio poselectoral del 19-J en Jaén, desde luego, no para de especularse en torno a la dimensión de un cambio de ciclo político que permita al PP, por fin, asaltar el año que viene la joya de la corona: Diputación. Hace una semana, los populares se impusieron en 56 municipios jiennenses, frente a los 36 donde vencieron los socialistas (en 3 se dio el empate y en 2 ganó Cs). Si el porcentaje provincial de voto  del PSOE en las andaluzas de 2018 fue del 35,5 por ciento, medio año más tarde en las municipales creció hasta el 45,54 %. Diez puntos más. Ahí reside su esperanza. Mientras, la suma PP-Cs: en las autonómicas, 39,12 por ciento, se redujo en las locales al 35,34 %. Casi 4 puntos menos. En el reciente 19-J: PSOE, 27,08 %, 7 puntos menos que hace tres años y medio; PP + Cs, 44,75 por ciento, superando en 5 puntos y medio el resultado del 2-D de 2018. Aplicando idéntico coeficiente corrector en el recuento de los comicios locales del 26 de mayo de 2019, es decir, una merma del 7 por ciento al PSOE y un incremento de 5 puntos y medio al binomio PP + Cs, ambas opciones girarían en torno al 38-40 % de los sufragios en las elecciones municipales de mayo de 2023. Un empate técnico que convertiría en determinantes tanto la estructura electoral peculiar de nuestros partidos judiciales como el papel a jugar por los extremos, de lograr presencia Vox y/o la confluencia de las izquierdas en la futura corporación provincial. Hagan juego, señoras y señores.

Erre que erre. La moción de censura en el Ayuntamiento de Linares se torna quimérica. No pudo ser tampoco este viernes. Nuevo auto judicial, por “error material manifiesto”, que aplaza el levantamiento de las medidas cautelarísimas adoptadas a resultas de un recurso de Cs sobre la situación de dos concejales del PSOE. De la delación a la dilación, y viceversa. El nuevo régimen andaluz se gesta en Sevilla. 14 de julio, constitución del Parlamento de la XII Legislatura.  26 de julio, primer Consejo del nuevo Gobierno. Al cabo de muy poco tiempo, el ruido vocinglero de la elite del cambio durante la campaña, “Votadnos, que no avanzamos”, se tornará en un silencio a boca llena en el que sólo se oirá masticar. Buen provecho.

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