Hatice Cengiz, la novia del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado en 2018, rindió este viernes homenaje a su prometido en Washington, donde denunció la hipocresía del Gobierno del presidente Joe Biden, que por un lado promete una rendición de cuentas y, por otro, protege al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán.
Con motivo del tercer aniversario del asesinato, Cengiz acudió al Mall, la explanada monumental del centro de la capital estadounidense, para destapar frente al Capitolio un gran retrato fotográfico de Khashoggi, muerto en el consulado de su país en Estambul a manos de agentes saudíes llegados desde Riad, algunos cercanos a Bin Salmán.
Acompañada por activistas de derechos humanos, Cengiz, que es turca, pronunció un discurso combativo en inglés en el que recordó que cuando Biden era candidato a la Presidencia de EE.UU. dijo que Khashoggi merecía una rendición de cuentas.
BUSCAR JUSTICIA O PROTEGER A BIN SALMÁN
"Presidente Biden y vicepresidenta (Kamala) Harris, ¿cuándo van a dar un paso adelante y cumplir con sus promesas?", dijo la mujer, quien instó al Gobierno estadounidense a pasar de la palabra a la acción.
"¿O acaso su Administración continuará haciendo negocios, como siempre (con Arabia Saudí), pese al cambio prometido?", siguió Cengiz.
En ese sentido, recordó la visita esta semana de responsables estadounidenses al reino, donde se han reunido con Bin Salmán.
Cengiz se refería al viaje del martes pasado del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a Riad, donde mantuvo un encuentro con Bin Salmán, en el que hablaron del Yemen y de derechos humanos, según el Gobierno estadounidense, que no precisó si conversaron sobre el caso Khashoggi.
La prometida del periodista cerró sus palabras con un minuto de silencio, en el que ella y las decenas de personas congregadas llevaban en sus manos velas eléctricas para escenificar una vigilia.
Junto a Cengiz hubo representantes de organizaciones como Amnistía Internacional (AI), el Comité de Protección de Periodistas, Democracia para el Mundo Árabe (DAWN, en inglés) y la Freedom Initiative (iniciativa de libertad, entre otros).
Durante el acto, el responsable de AI para Oriente Medio y el Norte de África Philippe Nassif advirtió de que el asesinato del periodista fue una prueba para todo el mundo: "Fue un test porque si no respondemos y presionamos para que haya rendición de cuentas y justicia, habrá más Jamals", avisó.
LOS DICTADORES ÁRABES QUIEREN "MÁS JAMALS"
Nassif citó los casos de dirigentes de otros países más allá de Arabia Saudí, como el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, o el de Siria, Bachar al Asad, que también "quieren más Jamals".
Por ello afirmó que hay que seguir pidiendo justicia por la muerte de Khashoggi para que no vuelva a pasar algo igual y explicar a los votantes estadounidenses lo que ha ocurrido.
En este punto Nassif contó que acababa de encontrarse hacía unos momentos con una pareja que estaba por el Mall que le había preguntado qué estaba pasando cuando vieron las cámaras de televisión y el retrato tapado.
Cuando les explicó la historia de Khashoggi, "dijeron antes de marcharse '¿cómo es posible que EE.UU. haya permitido que eso pasara, especialmente con un país que dice ser un fuerte aliado de EE.UU.?", rememoró el responsable de AI.
Tras la muerte del periodista, ocho individuos fueron condenados por su asesinato en Arabia Saudí y cinco de ellos fueron sentenciados a la pena capital. Más tarde esas sentencias fueron conmutadas por la pena de 20 años de prisión.
En marzo pasado, la Oficina de la Directora del Departamento de Inteligencia Nacional estadounidense publicó un informe que apunta que Bin Salmán aprobó el asesinato de Khashoggi, que era muy crítico con la familia real.
Tras la difusión del documento, el Gobierno de Biden anunció restricciones de visados a 76 saudíes, algunos de ellos relacionados con la muerte de Khashoggi, y sanciones a un exresponsable de Inteligencia del reino y a la guardia personal del príncipe.
KHASHOGGI NO ES EL ÚNICO
Sin embargo, los presentes este viernes en el Mall se quejaron de que la Casa Blanca no haya anunciado acciones directas contra el príncipe heredero saudí, al que consideran culpable no solo del asesinato del periodista, sino también de abusos de derechos humanos en el reino.
De hecho, en el acto intervino, además, Areej Alsadhan, hermana de Abdulrahman Alsadhan, un trabajador de la Cruz Roja detenido por emplear una cuenta anónima de Twitter para hacer sátira del reino.
Su hermana recordó que Abdulrahman fue arrestado unos seis meses antes del asesinato de Khashoggi en las oficinas de la Cruz Roja en Riad y denunció que fue torturado hasta el punto de casi fallecer.
"Tres años después de la desaparición de mi hermano y después de que Biden se convirtiera en presidente, recibimos una llamada con noticias prometedoras de que iba a ser liberado pronto. Por fin teníamos esperanza, pero esto cambió rápido después de que el presidente Biden librara de culpas a Bin Salmán y no lo castigara por el asesinato de Khashoggi", lamentó con la voz temblorosa.
Y es que finalmente Abdulrahman fue sometido a un juicio secreto ante una corte antiterrorista saudí y fue sentenciado a 20 años de cárcel. Ahora se encuentra en confinamiento solitario.
Como Areej puntualizó, a fecha de hoy su hermano es solo uno de los muchos saudíes que están desaparecidos en prisiones del reino y sufren torturas, juicios "falsos" y acoso sexual "de los mismos matones que atacaron y asesinaron a Jamal Khashoggi".
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La novia de Khashoggi le saca los colores a Biden en el aniversario del asesinato
"¿Acaso su Administración continuará haciendo negocios, como siempre (con Arabia Saudí), pese al cambio prometido?", dijo en un discurso
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