La del pasado miércoles no fue una mañana fácil para el vigilante municipal del centro cívico de La Granja, donde se registraron dos incidencias, una de ellas con agresión incluida. Según ha confirmado este periódico, aunque la Policía Local no tuvo que intervenir, en las instalaciones municipales se vivieron dos episodios de tensión en un corto espacio de tiempo.
El más grave de todos fue la agresión física que sufrió una empleada por parte de una usuaria con discapacidad, que le propinó varios golpes en el brazo y en el pecho. La trabajadora acudió a su puesto de trabajo al día siguiente, pero finalmente tuvo que ausentarse por problemas de ansiedad.
El segundo altercado se produjo por parte de otro usuario con la persona encargada del padrón municipal después de que se personara sin cita para hacer una gestión determinada, y el empleado municipal lo emplazara a acudir en otra jornada con cita previa. Unas indicaciones que esta persona no entendió, a juzgar por los gritos y el enfado a las puertas del centro. Afortunadamente, la cosa no pasó a mayores.