Cuando David Frochoso Rubia nació, en 1997, Torremolinos estaba dejando de ser. El Molino de la Bóveda había entrado en estado de abandono hacía una década, y por aquel entonces lo mismo ocurría con Villa Santa Teresa, ubicada en las proximidades del cementerio y que, según los planes del actual equipo de gobierno, pasará de un total abandono a un hotel.
Educado por su madre para “apreciar lo antiguo” y con el objetivo de que jóvenes como él conozcan el pasado del pueblo, como muchos lo siguen llamando, David creó en 2018 la cuenta de Instagram @ThisWasTorremolinos.
Una típica expresión como “¿Quién te ha visto y quién te ve?” es posible que recorra la mente de quien visite su perfil en esta conocida red social porque, precisamente, eso es lo que busca este joven torremolinense: que aquellos que conocieron ese Torremolinos lo rememoren y que los que lo ven ahora piensen dónde ha ido a parar tanta belleza de pueblo andaluz.
Para conseguir su cometido hace una comparativa a través de la imagen pasada y la actual. Pero, ¿qué fue antes? ¿El huevo o la gallina? “Normalmente, primero va la búsqueda de imágenes antiguas, ubicarlas a día de hoy, y comprobar si realmente merece la pena hacer fotos para la comparativa, puesto que algunos entornos están desaparecidos o encerrados entre moles de hormigón”, afirma Frochoso en una entrevista con Viva Málaga.
Choca ver cómo una persona de 24 años se esfuerza por recuperar la memoria de su lugar de nacimiento. Para componer Aquel Torremolinos afirma que busca en internet, tanto de páginas oficiales de arqueología, arquitectura, documentación de prensa de la época... “También me ayudo mucho de Facebook, pues hay muchos grupos de gente del pueblo donde se comparte información, recuerdos y fotos”, explica. Sin olvidar, cómo no, la investigación a pie de calle y las historias que cuentan aquellos que vivieron estos momentos.
¿Por qué ha cambiado?
Preguntado por la raíz del cambio, bajo su punto de vista “el principal problema de Torremolinos fue el dinero y la especulación. Torremolinos siempre fue tierra dedicada a la labor molinera, pero desde mediados del XIX hasta los años 40 del pasado siglo, fue sitio de señoriales residencias y villas de importantes familias, sobre todo propietarias de grandes negocios y explotaciones en Málaga. El clima de libertad se consolidó en los 50, con la llegada del boom turístico. Con el paso de los años la oferta turística se puso al alcance de todo el mundo, y por parte del Ayuntamiento y propietarios de fincas e inmuebles se prefirió seguir construyendo de manera masificada sin respetar ni estéticas tanto naturales como rurales ni la historia, pues muchas fincas que hoy estarían protegidas por patrimonio, se derribaron para seguir construyendo complejos turísticos”.
David también muestra su descontento con la inacción de los gobernantes locales, quienes “a lo único que le han metido mano es a la casa de María Barabino, y aún está la cosa parada. El Molino de la Bóveda se está cayendo a cachos y nadie hace nada, la Torre Pimentel igual, vamos de mal en peor...”, asegura, al tiempo que afirma que “deberían plantear bandos municipales controlando la estética de las fachadas, la cartelería comercial, la obligación de realizar toda nueva construcción bajo unos requisitos estéticos que respeten y se asemejen a lo original del pueblo, intentando acercar una visión mas rural, como han optado por hacer otros pueblos como Mijas, sin quedarse atrás en tecnologías. Hay que apostar por la recuperación de nuestra historia en general, pensar un poco más en la gente del pueblo de vez en cuando en lugar de pensar tanto en el turismo y hacer las cosas claras, sin ocultaciones ni "trapicheos" que de esos aqui se han visto muchos", finaliza.
Hacer scroll por @ThisWasTorremolinos es hacer uno de esos viajes que tanto anhelamos, pero esta vez a un pasado que ya no volverá.