El Real Club Náutico de Sanlúcar celebró una Asamblea Anual de Socios en la zona ajardinada de sus instalaciones, que este año se tenía que haber desarrollado en marzo pero se tuvo que aplazar hasta julio motivado por el Estado de Alarma que se declaró en España por la expansión del coronavirus en el país y en el resto del mundo.
Tuvo lugar al aire libre y con pocos socios, que hay que entender como normal al ser sábado por la mañana. Fueron tratados varios puntos como las cuentas y la memoria de actividades del 2019, el presupuesto del ejercicio y la fijación de cuotas del 2020, así como los proyectos y objetivos marcados de cara al futuro, entre otros apartados.
El histórico club de la Ciudad de la Ciudad de la Manzanilla se constituyó en julio de 1969 y el verano pasado cumplió 50 años. Su 51 Aniversario se vio marcado por el coronavirus.
Maneja un presupuesto anual de 280.000 euros, que cubre con distintas partidas, entre las mismas subvenciones y ayudas.
El presidente del Real Club Náutico, Juan Luis Guerra, tiene claro que “está siendo el verano y por supuesto el año más complicado desde que soy el presidente. No sólo hemos sido nosotros los afectados sino todo el mundo. Ha sido algo extraordinario en el mal sentido por las muchas limitaciones que hemos tenido que afrontar”.
Resalta que “teníamos claro que queríamos fomentar los deportes náuticos, sobre todo la vela. Hemos decidido suspender cualquier actividad social aunque la náutica si se puede desarrollar con normalidad”.
Lo que sí ha confirmado es que este verano no se celebrará ni el Ascenso ni el Descenso del Río Guadalquivir. Curiosamente, el año pasado no pudo disputar el Descenso por una avería producida en un puente de Sevilla.
Lo que sí se mantiene es la Regata Don Alfonso de Orleans y Borbon fijada para el 25 de julio como hermanamiento con la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar por 175 Aniversario.
El Real Club Náutico Eslora cuenta con 600 socios procedentes de distintas provincias y está abierto a todo el que quiera visitar sus instalaciones. Se vio obligado a cerrar sus puertas por el confinamiento y tras abrirlas de nuevo tras tres meses fue objeto de una limpieza y desinfección a fondo.
Juan Luis Guerra manifestó que “el confinamiento lo llevé bien porque estuve trabajando y teletrabajando. Hay personas que lo pasaron mal”.
