Conectada a la tecnología para aprender, para seguir adquiriendo habilidades en el ajedrez, para practicar un deporte con el que ejercita su memoria, una práctica que comenzó como un hobby y que hoy es una ‘asignatura’ más en su formación. La jiennense Andrea Castro Márquez juega al ajedrez desde los seis años. “Jugaba torneos en una cafetería cercana a mi centro educativo. Me gustó, me federé en el Club Casino Primitivo de Jaén y empecé a tomármelo en serio”, recuerda. Ahora, a sus 16 años, es campeona absoluta femenina de Jaén y provincia, con plaza para el campeonato de ajedrez de Andalucía, previsto entre mayo y junio, pero aún sin fecha por el estado de alarma sanitaria por el Covid-19.
En 2018 fue 3ª en el campeonato de Andalucía (sub-14) y en julio de 2019, 3ª absoluta en el campeonato regional. Para ella, la tecnología no es ninguna desconocida. Recibe clases online un día a la semana, durante dos horas, con uno de los mejores maestros de ajedrez, José Carlos Ibarra. “Me estoy preparando para conseguir un buen puesto en el regional. Quiero ir a por todas”, confiesa.
Estudiante de 1º de Bachillerato en Maristas, a la formación online que recibe ante el cierre de las aulas, Andrea le suma horas de dedicación a campeonatos de ajedrez a través de las plataformas digitales chess.com y lichess.org. “Es una forma perfecta de seguir practicando. Se celebran torneos a todas horas y puedes dedicarle el tiempo que tengas. Juegas con usuarios de todo el mundo, en torneos no clasificatorios con los que entreno mientras no se celebran los torneos presenciales”, dice.
La tecnología en el ajedrez le está permitiendo participar en más torneos. “Un torneo presencial, depende del ritmo, y se suele celebrar uno a la semana. Ahora que tienen que ser online, juego entre uno y tres torneos al día. No estábamos acostumbrados a jugar online, pero se está normalizando. El confinamiento está siendo más ameno practicando ajedrez”, explica.
Consciente de la dimensión educativa, social y terapéutica del ajedrez, recomienda su práctica. “El ajedrez me ha ayudado con la memoria. Es una práctica que exige concentración y me beneficia en mi formación académica. Noto que me concentro más en mis clases, al estudiar y resolver mejor las asignaturas”, termina.
