Fue decisión de ellas. Las trabajadoras de la residencia de mayores Francisco Jimérnez Ponce, un pequeño establecimiento ubicado en la calle Campanilleros, 30 de la zona de Camposoto, decidieron confinarse en el centro para evitar que las salidas a sus domicilios pudieran llevar el virus a la residencia.
En total son once trabajadoras, tres de ellas no han podido unirse al resto aunque una trabaja desde su casa, por lo que son ocho en total que comenzaron haciendo turnos de diez días y ahora lo hacen de una semana.
Cuatro de ellas están la semana completa en la residencia y el resto en sus casas, aunque igualmente confinadas sin contacto con los familiares.
Obviamente la decisión la tomaron para salvaguardar la seguridad de los ancianos, pero también conscientes que de trabajan en una empresa pequeña que no puede permitirse entrar en la espiral de contagios que se ha dado en otros centros.
Fueron las trabajadoras, pues, las que lo propusieron a la dirección de la residencia porque en ello iba la salud de los residentes y la suya propia y el puesto de trabajo. Doble concienciación que debería de extenderse porque las empresas son de sus dueños, pero sin empresas no hay trabajo.
Sandra Castro, Paqui y Carmen hablaron a través de video conferencia con este periódico y contaron la incertidumbre en la que han estado viviendo y siguen viviendo, tanto ellas como las personas mayores residentes, aunque les han hecho los test y no hay ningún contagio en el centro.
Esa noticia hizo que celebraran una fiesta con tarta incluida para trabajadores y residentes, porque no en vano un positivo general es una gran noticia.
