Las farmacias de la provincia almeriense han registrado una "tendencia creciente conforme pasan los días" de la demanda de medicamentos a domicilio, con un aumento de peticiones por parte de los pacientes más vulnerables a los que es posible prestar este servicio durante la cuarentena por el COVID-19.
Así lo apunta en declaraciones a Efe la directora del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería, María Dolores Ortiz, quien añade que es una situación que se irá notando aún más conforme los usuarios vayan "agotando" los fármacos que tienen prescritos. "Si no se pueden desplazar, lo tienen que pedir", incide.
"Comenzamos el día 31 de marzo y hasta hoy casi se ha duplicado el número de farmacias -que prestan este servicio-. Hay aproximadamente un 10 % de las farmacias de toda la provincia, aunque entendemos que irá a más", ha manifestado.
Ortiz indica que este servicio conlleva no sólo acudir al domicilio a llevar la medicación, sino también prepararla de una "manera determinada", elaborar albaranes de entrega, etc. "Todo eso se tiene que incorporar y añadir al tiempo que tiene que emplear el farmacéutico", dice, aunque añade que el viernes se firmó un acuerdo con Cruz Roja para poder realizar este reparto.
Los tratamientos reclamados son, principalmente, de pacientes crónicos y "unidos a la edad", de personas "que son vulnerables y presentan un estado de fragilidad". Porque no cualquiera puede solicitar un medicamento por teléfono, sólo aquellas personas confinadas vulnerables, los mayores de 60 o que tengan patología de base, sin familiares que puedan atenderlos, etc.
Al ser interpelada sobre si esto conlleva una mayor carga de trabajo para estos profesionales sanitarios, Ortiz responde que "depende de cada farmacia". "Por ejemplo, en las farmacias rurales con un único farmacéutico, se tiene que hacer fuera del horario para no dejar de atender a la población. Ellos se llevan la peor parte, pero lo hacen de mil amores, están totalmente implicados con la salud", afirma.
No obstante, por el momento la mayor carga se presenta en la capital almeriense, así como en las comarcas del Levante y el Poniente, en menor medida. "Habrá que ver los datos de un mes. No todos los tratamientos caducan al mismo tiempo", explica Ortiz.
Sobre el suministro de las boticas durante la cuarentena, asevera que se mantiene "prácticamente igual". "Tenemos un catálogo muy amplio, con más de 20.000 presentaciones en el mercado. Hay productos que lógicamente faltan, lo que llamamos lagunas terapéuticas", apostilla.
Sin embargo, aclara que en el caso de productos con varios laboratorios que lo comercializan, siempre es fácil recurrir a una alternativa. Y aún en el caso de aquellos elaborados por un único laboratorio y con un campo "muy acotado", existen "mecanismos" que permiten abastecerse en mercados cercanos.
En cuanto a las compras en la farmacia en sí, Ortiz hace una llamada a la responsabilidad ciudadana. "Somos un sector esencial, pero esperamos que los ciudadanos lo usen adecuadamente, respeten las medidas de seguridad de cada farmacia y minimicen las visitas por el bien de todos. Desgraciadamente, no sabemos quién está infectado y hay que minimizar los contactos", precisa.
Por ello, insta a diferenciar qué es un producto esencial y qué no lo es. También a evaluar cuándo se debe producir la visita en función del tratamiento.
"Por ejemplo, hay una costumbre de ir cuando sale la medicación en la tarjeta sanitaria. A lo mejor aparece hoy un medicamento y otro en diez días pero puedo esperar porque el primero no se ha acabado y no se solapa. Incluso puedo llamar al farmacéutico y mirar los datos de meses anteriores. Ese es el diálogo que ahora hay que tener con las farmacias", concluye.