La epidemia de coronavirus, que ha costado ya la vida a 3.281 personas y cuyo final se ve lejano, está obligando a la gente a convivir con una situación que va de la incertidumbre y las restricciones en muchos aspectos de la vida cotidiana, a una obligada y casi paradójica normalidad.
Esta situación se agudiza con los datos que ha facilitado hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó hoy que en las últimas 24 horas el número de casos de COVID-19 en el mundo se ha elevado a 95.265 (143 más en China y 2.055 en el resto de países).
"Nos preocupa que algunos países no estén tomándose el problema suficientemente en serio o que hayan decidido que no pueden hacer nada", alertó Tedros.
Esos países, de los que declinó dar ejemplos concretos, "no están mostrando el nivel de compromiso político que merece la actual amenaza a la que nos enfrentamos", aseguró Tedros, advirtiendo de que la epidemia de coronavirus "no es un simulacro".
El máximo responsable de la OMS señaló que Corea del Sur, que con 5.200 casos es el segundo país más afectado después de China, está mostrando "signos positivos", con una progresiva reducción del número de infecciones diarias, aunque éstas aún superan el medio millar de nuevos diagnosticados por día.
En Italia, donde han fallecido 148 personas por el coronavirus y 3.296 están contagiadas, según las últimas cifras oficiales, buena parte de la opinión pública considera un mal necesario la decisión del gobierno de cerrar hasta el 15 de marzo escuelas y universidades para evitar más riesgos.
El Gobierno italiano dio este jueves el visto bueno a una partida de 7.500 millones de euros para impulsar medidas con las que ayudar a familias y empresas por la crisis del coronavirus.
El presidente del Instituto Superior de Sanidad italiano, Silvio Brusaferro, ha considerado que el mundo está "viviendo una experiencia nueva" con la propagación del COVID-19 y que es fundamental asumir iniciativas para "controlar el virus".
También España prepara una batería de medidas de estímulo que se "podrían plantear en el caso de que la epidemia de coronavirus se prologue y su impacto económico sea más alto". La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, subrayó, no obstante, que en estos momentos la epidemia está contenida en España y no es necesario "tomar medidas adicionales".
La ministra española insistió además en que esas medidas económicas se adoptarán siempre en coordinación con el resto de los países de la Unión Europea, a la que se solicitaría también que sea "flexible con los objetivos de consolidación fiscal".
En otras partes del mundo el miedo a un contagio descontrolado ha llevado al cierre temporal de lugares de tanto valor simbólico como la iglesia de la Natividad de la ciudad cisjordana de Belén, dado el elevado número de personas que la visita cada día.
El ministerio de Turismo palestino anunció la restricción de la entrada de turistas a la ciudad de Belén a partir de este viernes y la cancelación de las reservas hoteleras, a menos de un mes de que comience la Semana Santa, cuando la ciudad recibe a un alto número de peregrinos que visitan la cercana Jerusalén.
Por el contrario, las autoridades egipcias reabrieron este jueves la pirámide escalonada de Zoser, después de 14 años de trabajos de restauración que se vieron interrumpidos por la revolución de 2011 y a pesar de la incertidumbre que representa el coronavirus para el turismo.
El primer ministro egipcio, Mustafa Madbuli, dijo a Efe que este es "un buen y adecuado momento", pese a la emergencia por el coronavirus, del que se han registrado dos casos en Egipto hasta el momento.
"Egipto está tomando las mismas medidas restrictivas para hacer frente y tratar de evitar la expansión del coronavirus como los demás países", manifestó.
El gobierno de Marruecos emitió una circular con medidas para frenar el coronavirus, que incluyen la prohibición de toda reunión que supere los 1.000 participantes y se celebre en recinto cerrado.
Igualmente, se prohíben todos los foros con participación de personas "llegadas del extranjero" (sin distinción), incluyendo aquí las manifestaciones deportivas y culturales.
En el terreno económico el coronavirus sigue causando un severo quebranto en sectores básicos como el turismo, el transporte o el energético.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, dijo hoy que los países de la Unión Europea (UE) tendrán que adoptar medidas, incluidas las de tipo fiscal, para garantizar la liquidez a las empresas, especialmente para las pymes, y evitar la pérdida de empleos por el brote del coronavirus.
El grupo de aerolíneas Lufthansa informó este jueves de que va a cancelar 7.100 vuelos hasta finales de marzo debido a la drástica caída de la demanda.
La mayor parte de las cancelaciones son vuelos en Alemania, al norte de Italia, otros destinos de Europa, y a Israel a partir de este domingo, porque ese país ha prohibido la entrada a viajeros de Alemania, Austria y Suiza, así como a China e Irán, como ya había comunicado.
La aerolínea portuguesa TAP anunció hoy la cancelación de 1.000 vuelos previstos para marzo y abril por una brusca caída de la demanda provocada por el coronavirus, especialmente en sus operaciones en Italia.
La OPEP se inclina por un recorte drástico de la oferta de crudo de un millón y medio de barriles diarios (mbd) por el impacto del coronavirus, pero para ello quiere la cooperación de Rusia, que hasta ahora se niega.
El Banco Central Europeo (BCE) ha pedido a los bancos que supervisa que estén preparados para garantizar su operativa ante la amenaza que supone el avance del coronavirus, que requiere que tengan en cuenta en sus planes de contingencia el riesgo potencial de una pandemia y que identifiquen a un responsable de ello en cada entidad.
Entretanto, miles de estudiantes Erasmus en las universidades italianas se han encontrado con la suspensión de las clases, lo que ha llevado a algunos a volverse a España y a otros a aprovechar para disfrutar de otras "vacaciones" o viajar.
"Aquí la vida sigue completamente normal, excepto que las discotecas han cerrado", cuenta a Efe Irene, estudiante española en la Universidad de Siena, y que ironiza al afirmar que la suspensión de las clases "es una ventaja, lo mires por donde lo mires".
Preguntada por si ha pensado volver a España, Irene responde con un "no" tajante: "Si estoy un año estudiando en la Toscana, ¿cómo me voy a ir a estar dos semanas con mi madre, que la veo cuando quiera?".
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El coronavirus obliga a transitar entre incertidumbre y normalidad
"Nos preocupa que algunos países no estén tomándose el problema suficientemente en serio o que hayan decidido que no pueden hacer nada", alertó Tedros
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