Con ansia por lanzar su repertorio se presentó sobre las tablas del Gran Teatro Falla la chirigota roteña, que en su segundo pase destacó por la tanda de pasodobles.
El primero sirvió para lanzar una crítica política relacionada con el coste que ha supuesto llevar a cabo dos elecciones generales. Sobresalió la segunda letra, dedicada al guitarra de la agrupación, invidente y al que le describieron cómo eran algunas de las características principales del Falla y la forma del teatro.
El primer cuplé, al amigo invisible, el segundo, a sus clientes.