Moratinos no tendrá ningún contacto con la disidencia cubana durante los dos días que estará en La Habana, al igual que en su anterior visita en abril de 2007, con la que inauguró una nueva etapa en las relaciones entre ambos países.
El ministro, quien llegó anoche a Cuba, tendrá hoy una “agenda privada”, sin ningún acto público programado, y el lunes tendrá diversas reuniones con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, antes de regresar a Madrid por la noche, según informaron a Efe fuentes de Exteriores.
Antes de su encuentro con Rodríguez, participará en una ofrenda floral ante el monumento al héroe nacional José Martí e inaugurará la oficina técnica de la cooperación española.
Está abierta la posibilidad de que el presidente cubano, Raúl Castro, reciba a Moratinos, como ya hizo en su anterior viaje, y no se descarta que también lo haga Fidel Castro, según Exteriores.
Moratinos declinó verse con la disidencia al tratarse de una visita “institucional” y delegará la tarea en el director general para Iberoamérica, al igual que en 2007.
En aquella ocasión, la mayoría de los grupos disidentes declinó la invitación al considerar que debía ser el ministro el que les debería haber recibido.
Exteriores no ha confirmado si finalmente tendrá lugar la convocatoria con el director general para Iberoamérica, Juan Carlos Sánchez, aunque de llevarse a cabo, sería el lunes antes de marcharse el ministro, según las fuentes.
El objetivo central de Moratinos es consolidar la relación bilateral después de dos años y medio de diálogo y allanar el camino para sentar las bases de una nueva relación entre la UE y Cuba.
España ya ha anunciado su deseo de modificar durante su presidencia de turno la llamada “posición común” aprobada por la UE en 1996 a partir de una iniciativa del ex presidente del Gobierno José María Aznar.