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Lunes 25/11/2024
 
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Se reanuda la violencia en Bagdad tras un día de calma y concesiones

Todas las víctimas mortales van a ser consideradas "mártires", por lo que sus familias recibirán una pensión mensual vitalicia, además de tratamiento médico

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  • Irak. -

Después de un día de relativa calma en las calles de Bagdad tras varias jornadas de violentas protestas por la falta de servicios públicos y empleo, además de otros problemas crónicos como la corrupción, este domingo han estallado nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

Una fuente de seguridad dijo a Efe que tres personas han fallecido y 18 han resultado heridas en Ciudad Sadr, un barrio populoso de Bagdad de población mayoritariamente chií donde se registraron algunas manifestaciones limitadas a lo largo del día.

Anteriormente, el Ministerio de Interior anunció el primer recuento oficial de víctimas de los pasados cinco días de protestas: 104 muertos y 6.107 heridos, de los cuales ocho fallecidos y 1.241 heridos son miembros de la Policía.

Todas las víctimas mortales van a ser consideradas "mártires", por lo que sus familias recibirán una pensión mensual vitalicia, además de tratamiento médico para los heridos, en el marco de un paquete de medidas adoptadas por el Gobierno iraquí para calmar a la calle. 

Entre las decisiones que buscan desactivar las protestas por el desempleo, el Ejecutivo ha aprobado una ayuda de 175.000 dinares iraquíes (unos 150 dólares) durante tres meses para 150.000 desempleados y personas sin posibilidad de trabajar.

También habrá un programa de formación para 150.000 desempleados, que van a recibir otra "donación de 175.000 dinares", que les permitirá entrar en una bolsa de trabajo para ser contratados por empresas que invierten en Irak.

Además, el Gobierno ha mantenido reuniones con representantes de los manifestantes y hoy el presidente del Parlamento, Mohamed al Halbusi, se reunió con algunos interlocutores, cuyos nombres y afiliación no ha sido revelada. 

Un activista de la sociedad civil, Mahmud Musa al Yabbari, de 53 años, dijo a Efe que esos delegados "no representan a la multitud furiosa" que ha estado manifestándose en los pasados días, integrada por "los pobres, desempleados e indignados".

"Los que están en las plazas no conocen" a los que están negociando en su nombre, agregó y criticó que "algunos de los interlocutores tienen un tono de apaciguamiento y no quieren identificarse".

"La mayoría de los manifestantes son jóvenes y funcionarios, en cuyos rostros se nota el cansancio, la sed y la piel quemada por el sol", remachó.

El activista y funcionario estatal consideró que "el objetivo del encuentro es absorber la indignación de la calle", pero el Gobierno "ha recurrido al truco del encuentro con representantes de los manifestantes para parchear la situación".

La calma de hoy en la mayoría de las ciudades iraquíes podría ser sólo un espejismo si los manifestantes no se sienten representados y escuchados, o si la violencia se reactiva en Bagdad, donde todo comenzó el martes pasado.

Además, las protestas en Ciudad Sadr, feudo del clérigo chií Muqtada al Sadr, podrían dar lugar a un movimiento más definido, protagonizado por los seguidores del político y religioso que ya había liderado otras olas de protestas en los años pasados y en esta ocasión se ha limitado a apoyar a los manifestantes.

La explosión en las calles de esta semana no ha tenido un claro signo político ni una cabeza visible, parece ser espontánea y sin un liderazgo, y canalizada a través de las redes sociales.

Por ello, el acceso a internet se ha visto bloqueado en casi todo el país en los pasados días, tras el estallido de las protestas el martes, y según NetBlocks, una plataforma global que supervisa la censura en la red, este domingo la conectividad es tan sólo del 27 % en todo el país.

También han sido atacados algunos medios de comunicación, según el Ministerio de Interior, incluidos tres canales de televisión locales y la cadena regional Al Arabiya, con sede en Emiratos Árabes Unidos y con una línea editorial próxima a las monarquías suníes del golfo Pérsico. 

Las protestas también han dejado 51 edificios gubernamentales y privados quemados, así como ocho sedes de partidos políticos y 52 vehículos, incluidos algunos de las fuerzas de seguridad, según el portavoz de Interior, el general Saad Maan. 

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