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Miércoles 06/11/2024
 

Jerez

El acusado del atropello mortal acepta tres años y medio de cárcel

El ciclista Juan Félix Ramírez falleció en 2016 tras ser arrollado por el motorista, que triplicaba la tasa de alcohol

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  • Hubo conformidad y el procesado fue condenado por un delito de homicidio imprudente grave y de Seguridad Vial
  • Pidió perdón a la familia y aseguró que "desde el minuto uno estoy arrepentido"

Gabriel B. T, el acusado de atropellar mortalmente al ciclista Juan Félix Ramírez, de 48 años, el 28 de abril de 2016 en el tramo de la A-2003 que une Jerez con Estella, aceptó ayer cumplir tres años y medio de prisión y la prohibición de conducir vehículos de motor durante cuatro años, perdiendo la vigencia del mismo y debiendo examinarse de nuevo cuando expire ese plazo. Un acuerdo de conformidad entre Fiscalía, la acusación particular, que representa a la viuda del fallecido, y la defensa, evitó este lunes la celebración del juicio para la práctica de las pruebas testificales y forenses después de que el investigado aceptara la pena que solicitaba el Ministerio Público y que supone su ingreso en prisión, rebajando la acusación particular seis meses su solicitud.

Una vez que el procesado, de 56 años, mostró su conformidad con los hechos, el juez del Juzgado número 2 de lo Penal dictó sentencia de viva voz condenándole como autor de un delito de homicidio imprudente grave y otro de Seguridad Vial tras embestir frontalmente a Juan Félix Ramírez, muy conocido por regentar el quiosco de prensa Rafael, de su padre, en la calle Arcos, casi triplicando la tasa de alcohol permitida. Para terminar, el acusado pidió perdón a la familia del fallecido, asegurando que “desde el minuto uno estoy arrepentido y hasta lo que me quede de vida estaré arrepentido siempre”, dijo.

Apenas fueron cinco minutos en los que la viuda de Félix, Isabel Barba, acompañada por su hijo de 20 años, y familiares, rompió a llorar, agobiada por la tensión de estos últimos días. El juicio estaba previsto a las 11.00 horas, pero las conversaciones entre las partes, por expreso deseo además del acusado de no pasar por el juicio, evitaron su celebración. “Ha sido el golpe más duro de mi vida”, lamentaba poco antes de entrar en la sala Isabel, mientras  esperaba con su abogado Juan Manuel Peña, otro trago complicado: ver la cara del procesado.  La muerte de su marido conmocionó a la ciudad y provocó un movimiento entre el colectivo de los ciclistas, que impulsaron la inauguración de una rotonda junto al lugar de los hechos y un monolito dedicado al ciclista vulnerable. 

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