López compareció ayer ante los periodistas en su residencia oficial del Palacio de Ajuria Enea, en Vitoria, para hacer un balance de los cien primeros días de su Gobierno y se centró en la lucha contra ETA y en las acciones para hacer frente a la crisis.
A preguntas de sobre cómo influye en Euskadi el enfrentamiento que PSOE y PP mantienen en el conjunto de España, el lehendakari insistió en que el pacto PSE-PP tiene “vocación de mantenerse” a lo largo de toda la legislatura, porque el PP es para su Gobierno un “socio preferente y va a seguir siéndolo”.
Dio por “blindado y aislado” de disputas “partidarias y de carácter estrictamente electoral” el acuerdo y dijo que Euskadi “ha sustituido el conflicto por el diálogo y el entendimiento y eso se va a notar”.
Destacó la “normalidad” con la que la sociedad vasca ha asumido el cambio en el Gobierno Vasco, frente a “augurios apocalípticos e interesados de algunos”, y que hoy ya nadie “pone en duda la legitimidad del Ejecutivo ni el liderazgo de los socialistas” en él.
En materia económica, enumeró las medidas puestas en marcha hasta ahora y anunció que espera reducir el gasto público el seis por ciento este año y que va a buscar otras fórmulas para conseguir unos 300 millones de euros adicionales y aplicar nuevas políticas contra la crisis este mismo año.
Asimismo, el lehendakari advirtió de que no va a ser una tarea fácil, debido a la actitud de “gastador irresponsable” del anterior Ejecutivo, cosa que comentó que no se esperaba.