La canciller alemana, Angela Merkel, confió hoy en que su próxima reunión con los socialdemócratas ayude a desbloquear la formación de gobierno, pese a las reticencias de estos a reeditar una gran coalición, aunque ya no lo descartan categóricamente.
Merkel, al intervenir en el congreso regional de su Unión Cristianodemócrata (CDU) en Mecklemburgo-Antepomerania, rechazó la idea de nuevos comicios y subrayó que "sería deseable que se pudiese llegar muy rápido a un gobierno", tras el fracaso de las negociaciones que mantuvo durante cinco semanas su bloque conservador con liberales y verdes.
La canciller reconoció que no sabe "cómo va a evolucionar la cuestión en los próximos días", pero consideró que ese es el camino hacia delante y no la formación de un gabinete en minoría (vía que ya ha rechazado) o celebración de otros comicios generales.
"No espero absolutamente nada de no lograr iniciar algo con los resultados (electorales) y de pedirle a las personas que vuelvan a votar", afirmó la líder cristianodemócrata.
Su vista está puesta en el encuentro que ha conseguido organizar el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, para el próximo jueves y que reunirá a la canciller con el presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz.
La cita será la primera entre ambos líderes tras las elecciones del 24 de septiembre, cuando el SPD cosechó sus peores resultados en unas generales y Schulz anunció la determinación de su partido de marchar a la oposición.
Pero el líder socialdemócrata se ha abierto al diálogo después de la intensa reunión que mantuvo el jueves con Steinmeier, aunque tampoco ha abrazado abiertamente la opción de una gran coalición.
En un discurso en el congreso de las Juventudes Socialdemócratas que arrancó ayer en Saarbrücken, Schulz evidenció las dificultades que tiene para articular su actual posición entre las crecientes presiones internas y externas en todos los sentidos.
"No aspiro a una gran coalición. No aspiro tampoco a un gobierno en minoría (...) Tampoco aspiro a nuevas elecciones", aseguró Schulz, que por el momento sólo se mostró dispuesto "a discutir las mejores vías para mejorar algo la vida de las personas en su día a día".
El vicepresidente del SPD, Thorsten Schäfer-Gümbel, indicó hoy que su partido sólo ha decidido abrir el diálogo, "ni más ni menos", y que "una conversación de ese tipo no desencadena nada automáticamente".
Además, afirmó que será el congreso federal del SPD, que se celebrará entre el 7 y el 9 de diciembre, el que decida si el partido vuelve a la mesa para negociar una coalición que, como en la pasada legislatura, tendría que ratificar, una vez suscrita, la militancia en un referéndum.
Por su parte, Los Verdes, que también celebraron hoy un congreso en Berlín, consideraron que son Merkel y sus conservadores, como mayor grupo en el parlamento, quienes deben decidir cuáles son los siguientes pasos a dar, pero subrayaron que no rehuyen sus obligaciones.
Su presidente, Cem Özdemir, resaltó que el partido está preparado para "asumir responsabilidades" por Alemania, "independientemente de lo que venga, gran coalición, gobierno en minoría o nuevas elecciones".
En este sentido, descartó que su formación se pudiese unir a conservadores y socialdemócratas en una coalición a tres bandas, argumentando que las otras dos fuerzas ya suman mayoría absoluta y su participación no es necesaria.
La dirección ecologista se mostró convencida de que, tras la evolución de la crisis en las últimas horas, la opción más probable es que se acabe formando de nuevo una gran coalición de conservadores y socialdemócratas, como en la pasada legislatura (2013-2017) y en la primera de Merkel (2005-2009).
"Estoy bastante seguro de que al final habrá una gran coalición", resumió en una entrevista en el canal "Phoenix" Jürgen Trittin, miembro del equipo negociador de los ecologistas.
Özdemir, tras reconocer que Los Verdes asumieron "dolorosas cesiones en las negociaciones, acusó del fracaso al Partido Liberal (FPD), asegurando que rompió las conversaciones por una "maniobra táctica" y no por diferencias programáticas.
El FPD, por su parte, defendió su decisión de abandonar la mesa de negociaciones y alegó, como explicó su líder, Christian Lindner, en el congreso regional del partido en Renania del Norte-Westfalia, que no había "fundamentos comunes" para que ese ejecutivo hubiese aguantado en pie cuatro años.