El proyecto de recuperación de las murallas del Albaicín de Granada, en el que el Ministerio de Cultura invierte 1,4 millones de euros, ha permitido el hallazgo de tramos desconocidos hasta ahora, de época ibero-romana y medieval, y de parte de una puerta musulmana original en la ermita de San Cecilio.
Esta intervención, que ha sido visitada esta mañana por el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente, se encuentra a la mitad de su ejecución, según ha detallado la directora de las obras, la arquitecta Isabel Bestué.
Junto al director general de Bienes Culturales de la Junta, Marcelino Sánchez, y el edil del Gobierno local Baldomero Oliver, el responsable del Ministerio ha destacado los novedades arqueológicas que han supuesto los trabajos de restauración y consolidación de las murallas.
La actuación, que incluye la restauración de tapiales y la eliminación de la vegetación invasora en los lienzos de muralla, ha permitido conocer todavía más la historia de estos elementos del Albaicín, de época íbero-romana y zirí, ha indicado.
La voluntad del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ha dicho Lafuente, es finalizar estas obras y continuar con la conservación de las murallas y potenciar, en el medio plazo y con el respaldo de la Junta y el Ayuntamiento, un paseo arqueológico en la zona.
Los hallazgos, ubicados en el solar de la puerta de Hernán Román y en otro adyacente ubicado hacia el Este, hacen posible una lectura completa del proceso evolutivo de la zona desde el punto de vista urbanístico e histórico.
El aspecto actual de esta puerta dista del original por los diferentes avatares históricos que ha sufrido y en especial por la inclusión en su interior de la ermita de San Cecilio a partir del siglo XVIII.
El proyecto ha ampliado de esta forma el conocimiento que se tenía del trazado de las defensas en este sector y ha añadido complejidad en su diseño y evolución.
El estudio del origen de la muralla parece indicar que se construyó una imponente estructura en época íbera (siglos V-I a.C) y que fue objeto de modificaciones en época romana, período del que se conservan también importantes restos.
Posteriormente, en el medievo, se documenta la secuencia evolutiva desde el período zirí (siglo XI) hasta el nazarí (siglos XIII-XV).
Entre los elementos monumentales destaca una puerta de acceso a la Alcazaba que constituye un gran ejemplo de este tipo de arquitectura en época taifa.
En el período nazarí se denominó puerta del Castro (Bab Qastar) y, ya en el siglo XVI, pasa a llamar portillo de San Nicolás o puerta de Hernán Román, mientras que a partir de 1752 se erigió en su interior la ermita de San Cecilio.
Las obras de recuperación de las murallas se centran en cuatro tramos de la muralla interior conocida como Zirí, la Torre de las Tres Caras, la puerta de Hernán Román, torres y restos de lienzos situados en la plaza del Cementerio de San Nicolás, y entre la calle Horno de San Agustín y el convento de las madres Agustinas de Santo Tomás de Villanueva.