La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal dedicada al robo en establecimientos comerciales de Granada y Córdoba, de donde se han llevado más de 40.000 euros en metálico, en el marco de una operación que se ha saldado con la detención de dos personas.
Se trata de una persona de nacionalidad moldava y otra rumana que fuero arrestadas en Benamocarra (Málaga), según ha informado hoy la Guardia Civil, que busca a un tercer integrante de la banda, también rumano, que huyó después de herir a un agente que intentó detenerlo.
Esta organización criminal estaba especializada en el robo en supermercados, estancos y bares de Granada y Córdoba.
La operación, denominada "Interbar" y desarrollada en Granada, se inició el pasado mes de febrero coincidiendo con un aumento de robos en establecimientos de esas dos ciudades, según la Guardia Civil, que los atribuyó a una red formada por ciudadanos rumanos y moldavos que tenían su base de operaciones en Benamocarra (Málaga).
Desde allí, todas las noches se desplazaban hasta la zona occidental de la provincia de Granada y Córdoba para asaltar supermercados, estancos y bares y sustraer el tabaco y el dinero de las máquinas tragaperras, cajas registradoras y las máquinas expendedoras de tabaco.
Tras interceptar los vehículos que la red había utilizado para cometer un robo en un bar de Posadas (Córdoba), los agentes detuvieron a dos de los integrantes de la banda, mientras que el tercero agredió a uno de los agentes y consiguió huir.
La Guardia Civil recuperó del interior de los coches más de 2.000 euros en monedas, así como el tabaco robado de las máquinas del bar.
En dos registros posteriores se hicieron con más de 300 cajetillas de tabaco procedentes de un robo cometido días antes en un estanco de Moraleda de Zafayona (Granada), así como dinero en metálico, herramientas y pasamontañas utilizadas en los atracos.
Para no levantar sospechas y ser descubiertos, los detenidos adoptaban fuertes medidas de seguridad y recorrían cada noche cientos de kilómetros para cometer uno o varios robos.
La red escogía establecimientos situados a las afueras de la localidad o próximos a descampados, y los vigilaban para cerciorarse de que estuvieran cerrados y de que no hubiera nadie cerca con el objetivo de que la huida fuera sencilla y rápida.
Una vez cometido el robo, los detenidos escondían el coche entre 45 minutos y una hora antes de regresar a Benamocarra para evitar ser interceptados en posibles controles, e incluso llegaban a parar el coche en la carretera para detectar si estaban siendo perseguidos.
Los detenidos han ingresado en prisión tras haber sido puestos a disposición judicial por los delitos de robo con fuerza, pertenencia a banda criminal y resistencia a agentes de la autoridad.
