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Viernes 22/11/2024
 
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Sevilla

La mujer del violador admite que le denunció por atarla a la cama

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La pareja sentimental de Francisco Morillo Suárez, el hombre encarcelado como presunto autor del crimen perpetrado en febrero de 2016 sobre una joven que había ingerido medicamentos para intentar acabar con su propia vida en el parque de María Luisa de Sevilla, ha admitido este miércoles que en el año 2006 le denunció por atarla con bridas a la cama estando inconsciente y hacerle fotografías y "tocamientos".

Durante su declaración en la tercera jornada del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla, y a preguntas de la Fiscalía, la mujer del acusado ha puesto de manifiesto no obstante que se trató de un hecho "puntual", tras lo que ha dicho no recordar los detalles de las once denuncias totales que interpuso contra el encausado, dos de ellas por quebrantar una orden de alejamiento.

De este modo, la fiscal le ha cuestionado por una denuncia presentada en el año 2013 después de que el acusado le agrediera supuestamente con un cuchillo o por otras dos denuncias interpuestas en 2014 contra el acusado por cogerla por el cuello y tirarla al suelo. "No lo recuerdo", se ha limitado a decir, afirmando que no ha ratificado nunca ninguna denuncia contra Morillo, que a su vez le denunció en dos ocasiones durante los 17 años de convivencia.

"DE BUENO, ES TONTO"

"Hemos discutido muchas veces porque de bueno es tonto", ha manifestado la mujer, que ha explicado que algunas veces llamaba a la Policía porque necesitaban un "mediador" que pusiera fin a las discusiones.

Asimismo, ha relatado que el día de los hechos, 23 de febrero de 2016, se tomaron entre los dos "más de un botella" de ron y comenzaron a discutir, lo que motivó que el acusado saliera del domicilio --"iba como una cuba"--, volviendo a la vivienda sobre las 22,30/23,00 horas.

La mujer, que ha asegurado que desconocía que el acusado frecuentara el parque ni que tuviera relaciones homosexuales, ha añadido igualmente que "no ha visto jamás ninguna prenda ensangrentada" perteneciente al imputado.

En la vista oral, que se ha suspendido momentáneamente después de que el presidente del tribunal, Pedro Izquierdo, se sintiera indispuesto, también han comparecido los dos médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de la chica, quienes han enumerado las lesiones que la víctima presentaba por "todo el cuerpo".

"AGONÍA"

De este modo, han indicado que la joven murió por un shock hemorrágico provocado por las lesiones sufridas, indicando que "la muerte no fue instantánea" ya que la víctima sufrió "una agonía de al menos dos o tres horas" y situando la data de la muerte entre las 4,30 y las 6,30 horas del día 24 de febrero de 2016.

Los forenses han admitido que la chica era "como un muñeco de trapo" debido a las pastillas ingeridas de manera previa, que le provocaron un "letargo" en el que su capacidad de respuesta se habría visto "seriamente comprometida" y donde "la sensibilidad es la misma que siendo absolutamente consciente", de forma que sufrió dolor pero no pudo "reaccionar" al mismo.

"Si se coge a tiempo, a lo mejor podría haberse salvado", han aseverado los forenses durante el juicio contra Francisco Morillo, que está previsto que concluya este próximo viernes con los informes finales de la Fiscalía y de la acusación particular, que piden para el acusado la prisión permanente revisable, y de la defensa.

Asimismo, ha declarado el jefe del Instituto Nacional de Toxicología de Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, Manuel Salguero, quien ha indicado también que la joven "estuvo viva por lo menos dos o tres horas" desde que sufrió la agresión". "La muerte se produjo por las lesiones producidas en una mujer que no podía defenderse porque estaba bajo los efectos de los sedantes", ha dicho.

PERFIL GENÉTICO DEL ACUSADO EN 20 DE LAS 43 MUESTRAS ANALIZADAS

A su juicio, la "somnolencia" que sufría la joven a consecuencia de la ingesta de pastillas previa "no significa que no le dolieran las lesiones".

De su lado, los agentes de la Policía Científica que analizaron los vestigios hallados en el lugar del crimen han señalado que el perfil genético del acusado fue hallado en 20 de las 43 muestras recogidas del lugar del crimen, como pañuelos de papel o la ropa interior de la joven, mientras que en la empuñadura de su bicicleta también aparece su ADN mezclado con el de la fallecida.

Según han dicho, aunque no se encontró semen perteneciente al imputado en ninguna de las muestras analizadas, sí se hallaron "restos epiteliales" del acusado.

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