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San Fernando Cofrade

Lágrimas y aplausos para despedir al escultor Alfonso Berraquero

La iglesia de la Divina Pastora se quedó pequeña y cientos de isleños despidieron emocionados el féretro del insigne escultor e Hijo Predilecto de San Fernando.

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La parroquia de la Divina Pastora se ha quedado pequeña este mediodía para despedir el cuerpo sin vida del escultor e Hijo Predilecto de San Fernando, Alfonso Berraquero García. La Policía Local se vio obligada a cortar el tráfico en los aledaños de la parroquia para que cientos de personas siguieran desde el exterior del templo las exequias.

El coche fúnebre llegó puntualmente a la iglesia de la Pastora, donde lo esperaban familiares y grandes amigos para llevarlo en sus últimos pasos. El féretro no se podía ver con claridad, pues el coche fúnebre estaba lleno de ramos y coronas, en su mayoría enviadas por amigos y las hermandades a las que talló sus titulares, además del Ayuntamiento de San Fernando. Emotiva fue la de la cofradía de Humildad y Paciencia con un claro "gracias Alfonso". Una vez fue sacado del coche fúnebre, los hermanos del Ecce-Homo le impusieron la bandera de la hermandad, de la que era hermano honorario y autor de la línea estética de la misma. No faltaron tampoco las lágrimas del mayordomo honorario de Ecce-Homo, Salvador Lemaistre, y a su vez carpintero amigo de Alfonso, con el que trabajo en numerosos proyectos.

El padre Luis Palomino Millán, párroco de la Divina Pastora, ofició la eucaristía de córpore insepulto, a la que asistió la Corporación Municipal, poniendo en valor la aportación de Alfonso Berraquero al patrimonio artístico de San Fernando.

En la iglesia de la Divina Pastora se vivieron momentos emocionados, con asistencia de discípulos de Alfonso Berraquero, como los imagineros Juan Carlos García Díaz, Antonio Aparicio Mota o Joaquín Domínguez Vidal, entre otros. También amigos personales que asiduamente eran bien recibiendos en su domicilio de la calle Bonifaz, como José María Merino, Yoyo Forero, Manuel Ferreiro y muchos de los que también sirvieron de modelo para muchas de sus imágenes.

La Isla despidió a su escultor más insigne, después de una larga enfermedad que le atormentaba. Con pesar y mucha nostalgia, el mundo cofrade lloró la pérdida de un escultor que ha dejado a la ciudad de San Fernando un gran patrimonio artístico, tanto en lo religioso como en lo profano. A la salida del féretro de la iglesia, un fuerte aplauso rompió el respetuoso silencio de la plaza y la iglesia.

Las hermandades en las que talló sus titulares se han vestido de luto negro o hebrero. También figuran montajes fotográficos con la Virgen de la Salud, sin lágrimas, con una lágrima por Alfonso Berraquero. Una enorme pérdida para San Fernando y Andalucía, como discípulo de Luis Ortega Bru que era.

Desanse en paz.

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