Carlos Iglesias se mueve como pez en el agua delante y detrás de las cámaras. El mítico Benito en 'Manos a la obra’ prepara como director un nuevo proyecto fílmico que abordará la emigración, su tema fetiche.
Presenta ‘Ispansi’ (‘Españoles’) en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo/Málaga. Este filme aborda el drama de los niños españoles refugiados en Rusia durante la Guerra Civil. Salvando distancias, es un filme que no pierde actualidad por lo que sucede en Idomeni.
–Pasa el tiempo pero la crueldad humana no tiene época. En definitiva, se sigue repitiendo la historia de una forma tremenda. Creo que los que lo están sufriendo ahora es incluso peor que los niños que fueron a la Unión Soviética en el año 1937. Allí, por lo menos, fueron muy bien acogidos, pero ahora Europa les ha cerrado las puertas a éstos.
Usted como hijo de emigrantes y vivió su infancia en Suiza, ¿cómo encaja este rechazo y estas muestras de intolerancia?
–Es muy fácil hablar desde una posición que no vamos a hacer nada. Hay países que están asustados. Entiendo que en Alemania, donde han entrado mil y pico de personas que hablan otra lengua y profesan otra religión y otras costumbres entiendo que estén acobardados. No obstante, creo que la humanidad está por encima de todas esas consideraciones. Lo que no puede ocurrir es lo que hemos visto en la televisión; personas la intemperie y con barro hasta las rodillas.
Nuestro país también vive ahora la salida de españoles que buscan un futuro mejor en otros países por culpa de la crisis.
–Nosotros tenemos por desgracia un país que siempre está en crisis. Es la historia que contaba en Un franco, catorce pesetas, pero desgraciadamente sigue siendo verdad hoy en día, cada dos por tres estamos en crisis. Cada vez que voy a Suiza me cuentan aquellos españoles que emigraron en los 60 que ahora se está volviendo a llenar el país de españoles. Eso sí con dos carreras y dos o tres idiomas, pero en cualquier caso siguen teniendo un país que les fuerza a salir. No es lógico a estas alturas de la vida.
Esta crisis es muy diferente a la de aquellos años de la dictadura franquista.
–Claro. No es la misma crisis ni muchísimo menos. Aunque claro cuando preguntas a cualquier sudamericano dice: “Vosotros consideráis que esto es una crisis. Esto es lo que tenemos cuando allá nos va bien”. Lo que pasa es que estamos en Europa y nos hemos acostumbrado a vivir con un nivel de vida que, a lo mejor, no nos corresponde. La verdad es que nos hemos acostumbrado a lo bueno, pero también cuando nos iba muy bien teníamos 2, 5 millones de parados. No hemos creado un tejido industrial lo suficientemente fuerte para salvar la población y así nos va.
Sus películas están protagonizadas por la salida de personas de sus países de origen. ¿Siente predilección por el drama de la emigración?
–Sí. Por haberlo vivido y también por ser un tema poco tratado en el cine. La inmensa mayoría del cine español y europeo apenas han abordado la emigración en ese sentido. Yo, por haber sido uno de esos chavales que acompañó a sus padres emigrantes, considero que estaba un poco obligado a contar mi punto de vista sobre este tema.
Está inmerso actualmente en un nuevo proyecto cinematográfico detrás de las cámaras.
–Estamos intentándolo. No es nada fácil, es muy complicado. No quiero desvelar nada todavía, vaya que al final no salga adelante. Tiene que ver con la emigración.
Sería su cuarta película como director. ¿Lo prefiere a la interpretación?
–La dirección es la novedad, pero en todas las películas que hago me guardo un papel para mí, la interpretación siempre estará ahí. Me gusta estar delante y detrás.
¿ Qué le aportaron aquellos inicios en el mundo de la interpretación metido en la piel de Pepelu en ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’ y de Benito en ‘Manos a la obra’?
–Pues comer todos los días y salir adelante, que en este oficio ya es bastante y poder realizar muchos sueños que si no llega a ser por la televisión hubiera sido imposible realizarlos.
Ahora también se ha adentrado en el teatro. ¿Está sufriendo los efectos del IVA cultural?
–Es una barbaridad que no se entiende. Como siempre vamos dando la nota.