Las poblaciones de águila imperial y de lince ibérico de Doñana, dos de las especies en peligro de extinción más emblemáticas de este espacio protegido, han vuelto a disminuir en 2015, por segundo año consecutivo, según los últimos censos oficiales facilitados hace unos días por la Junta de Andalucía.
Responsables de la conservación de ambas especies endémicas de la Península Ibérica aducen que la falta de conejo, como consecuencia de un nuevo brote de la enfermedad vírica que padece este lagomorfo, explica el declive del lince y del águila imperial ibéricos en Doñana, dado que es su principal alimento.
La caída de la población de águila imperial en Doñana, de la que el año pasado se censaron sólo nueve parejas, frente a las once de 2014 y las diez de 2013, contrasta con la expansión de esta especie en el resto de Andalucía y de España, donde en 2015 se contabilizaron más de cien y casi quinientas parejas, respectivamente.
Ambas cifras son las más elevadas de la población del águila imperial desde que hace décadas comenzaron los programas para evitar la extinción de esta rapaz, emblema de la biodiversidad ibérica.
En el caso de Doñana, la caída de la población del águila ibérica en los dos últimos años se ha producido pese a su expansión en las demás poblaciones de Andalucía, con la creación incluso de nuevas parejas en zonas hasta ahora sin su presencia, como la campiña de Jaén, y a pesar de la aplicación de programas específicos en Doñana, como los desarrollados por el CSIC y la Fundación Migres.
El declive de esta rapaz en Doñana también afectó el año pasado al número de pollos, que fue de siete frente a los ocho del ejercicio anterior.
La situación de esta rapaz en Doñana sería mucho más grave si no fuese por la reintroducción acometida a mediados de la pasada década en la zona gaditana de la Janda, donde se han fijado nuevas poblaciones de esta rapaz de las que procedieron ejemplares que conforman al menos tres de las nueve parejas censadas en Doñana el año pasado.
Respecto a la situación del lince ibérico en Doñana, población que oficialmente ha pasado a denominarse Doñana-Aljarafe porque buena parte de ella se ha expandido fuera de este espacio protegido, en la comarca sevillana del Aljarafe, el año pasado se censaron 76 ejemplares, cuatro menos que en 2014.
Esta cifra es la más baja de la población de este felino en Doñana desde 2009, y supone un descenso de más del 18 por ciento, a pesar del traslado a Doñana en los últimos años de seis linces -cuatro machos y dos hembras- desde las poblaciones de Sierra Morena.
Se da la circunstancia de que al menos la mitad de los cachorros nacidos en Doñana desde 2011 son descendientes de estos felinos procedentes de Sierra Morena, cuyo traslado a Doñana también trató de paliar la pérdida de una docena de linces ocurrida en 2007 tras la aparición de un brote de leucemia felina.
Los atropellos se han consolidado, junto al desplome de la población de conejo, en la causa principal de la reducción de la población de lince ibérico en Doñana, donde el año pasado murieron atropellados tres ejemplares, a los que se suman otros dos, contabilizados en los tres primeros meses de este año.