Al menos 51 miembros del Estado Islámico (EI) murieron en las últimas 24 horas por varios bombardeos del ejército afgano y choques con los talibanes en la provincia de Nangarhar, situada en el este afgano y principal bastión del grupo yihadista en el país.
Las fuerzas aéreas del Ejército afgano mataron a 11 insurgentes del EI e hirieron a otros 5 en el distrito de Kot, mientras que 12 más fallecieron y 7 resultaron heridos en el vecino Achin, dijo a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa, Mohammad Radmanish.
En el distrito de Achin murieron "15 miembros del Daesh (acrónimo en árabe del EI) por un ataque de dron" o avión no tripulado estadounidense, detalló a Efe el portavoz de la Policía de Nangarhar, Hazrat Husain Mashriqiwal.
Según el portavoz policial, en el distrito de Chaparhar también murieron 13 miembros del EI en choques con los talibanes, los cuales sufrieron también tres bajas y 17 resultaron heridos.
"Los combates han cesado en el área entre los dos grupos insurgentes", añadió Mashriqiwal.
Los talibanes lanzaron esta semana una ofensiva en cuatro distritos de Nangarhar contra el Estado Islámico, donde murieron entre el lunes y el jueves unos 50 miembros de los dos grupos, según habían afirmado a Efe varias fuentes oficiales.
El portavoz talibán Zabihula Muyahid justificó la ofensiva contra el EI porque "quienes se hacen llamar combatientes del Daesh están involucrados en robos armados, asesinatos, torturas, secuestros de civiles y apropiación de sus propiedades".
El EI está presente en al menos cuatro provincias del este y sur de Afganistán desde hace un año y tiene en Nangarhar su mayor bastión en el país asiático.
La irrupción del grupo yihadista alteró el escenario de guerra de los últimos 15 años en el país y llevó al Gobierno afgano a establecer unidades especiales para combatirlo.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha advertido del riesgo que plantea la presencia del EI en Afganistán.