El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha afirmado hoy que "no está dispuesto a ser presidente del Gobierno a cualquier precio" y que solo lo hará si su programa "socialdemócrata, reformista y modernizador" logra una mayoría parlamentaria.
Sánchez, en declaraciones a "Herrera en Cope", ha asegurado que su aspiración es "representar algo muy distinto" a lo que encarna el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, a quien ha acusado de "mentir" a los españoles por aplicar un programa de gobierno distinto al que prometió en 2011 y de estar al frente de un partido acusado de financiación irregular y de acudir "dopado" a las elecciones en los últimos 20 años.
"El PP ha hecho todo y de todo para poder llegar a la Moncloa. Y yo, desde luego, no voy a hacer todo, ni de todo, para llegar a la Moncloa. No voy a ser presidente del Gobierno a cualquier precio, solo si puedo aplicar un programa socialista, que es lo que necesita nuestro país", ha prometido.
El líder socialista ha subrayado que su partido aspira a ser primera fuerza en las elecciones generales del 20 de diciembre y que, en caso de que no lo sea, cederá la responsabilidad de formar gobierno al PP si es el vencedor.
Sánchez ha hecho esta reflexión al hilo de la situación en Portugal, donde los socialistas, segunda fuerza en las urnas, han renunciado a hacer un alianza de izquierdas que tendría mayoría sobre la derecha, triunfadora de los comicios.
Para el secretario general, la "gran lección" de Portugal es que "la izquierda, cuando va fragmentada, lo que hace es que tenga una mayoría en el Parlamento, pero gobierne la derecha".
Sánchez ha asegurado que "está por ver" si Ciudadanos daría su apoyo al PSOE para gobernar, como ocurre en Andalucía.
Ha pedido al líder de C's, Albert Rivera, despejar la duda de si pactarían con los socialistas para facilitar el cambio político en España o con el PP para dar continuidad a Rajoy en la Moncloa.
"Es una cuestión que tendrá que resolver Ciudadanos", ha emplazado.
En caso de que el PSOE gobierne, se ha comprometido a buscar tres grandes pactos sobre la reforma constitucional, la modernización de la economía y la reconstrucción del estado del bienestar.
En cuanto a la reforma laboral, ha dicho que, a la espera de que se aprobase un nuevo Estatuto de los Trabajadores en el plazo de un año, la derogaría a través de un decreto que corregiría los aspectos relativos a la precarización de los contratos, la negociación colectiva y la desigualdad salarial entre hombres y mujeres.