Creo que mi manera de escribir estos artículos de opinión se caracteriza, básicamente, por utilizar un lenguaje cercano y directo. En todos estos años que llevo colaborando en el periódico de Arcos, siempre -lo aseguro- he sido sincero y he sentido cada palabra que he escrito.
Como decía mi madre: Parece que tienes siempre una boca ‘prestá’. Soy consciente de que mis opiniones no gustan a todo el mundo, eso es imposible, sólo intento dar mi humilde visión de las cosas. Por ejemplo, hace unos días di mi opinión, en otra tribuna pública, sobre la situación de las personas refugiadas a causa de la guerra en Siria y el recibimiento que desde Occidente se les ofrece. Me entristece sobremanera leer en las redes sociales o escuchar en los bares a ciertas personas, españolas todas, pedir que no se les dé refugio a la población siria, que las ayudas que supuestamente se van a destinar a acoger a esas personas se les den a ‘los pobres de aquí’. Y mientras tanto, yo me pregunto en qué pocilga de país vivo.
Qué sociedad tan mezquina hemos construido. Señores: ¡Que estamos hablando de la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial! Parece, querido lector, que estamos perdiendo como sociedad, como comunidad, esa sensibilidad que nos hace ser humanos. Cada vez estamos más encerrados en nuestra coraza, y lloramos con lágrimas de cocodrilo cuando vemos mil fotos de niños muertos a la orilla del mar, o cuando una innombrable periodista húngara zancadillea a un padre y a su pequeño, pero luego nos enteramos que España va a acoger a varios miles de refugiados, y la cosa cambia, nos sale lo peor de nosotros mismos: dosis de xenofobia, racismo…, palabras que, créanme, me dan miedo. Yo estoy totalmente a favor de que nuestro país acoja con los brazos abiertos a todos los refugiados que pueda, son personas que lo han dejado todo atrás, a causa de una guerra en la que, de alguna manera, las potencias occidentales tienen mucho que ver. Qué menos que recibirlos como es debido, con solidaridad y respeto. Son como usted, que lee ahora esto, o como yo, que lo escribo. Sin ir más lejos, el hombre que fue portada en los informativos por la dichosa zancadilla, se llama Osama Abdul Mohsen y se encuentra a salvo con sus hijos en España. Es -o era- entrenador de fútbol de 1ª división en Siria y ya tiene ofertas de varios equipos españoles, entre ellos el Getafe CF.
Esta es mi opinión sobre este conflicto humanitario, seguro que muchos no estarán de acuerdo con ella, pero qué le voy a hacer, no tengo otra.
