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La Guardia Civil imputa a dos personas por envenenamiento de águilas imperiales en la Sierra de San Pedro

El pasado mes de mayo, en la Sierra de San Pedro, un trabajador de la empresa encargada del seguimiento del ciclo reproductivo y de la alimentación de aves protegidas descubrió en un nido el cadáver de dos polluelos de Águila Imperial

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El equipo del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz ha imputado a dos vecinos de la localidad pacense de Alburquerque como presuntos autores de un delito relativo a la protección de la flora y fauna, en concreto, por presunto envenenamiento de águilas imperiales en la Sierra de San Pedro.

   De este modo, el pasado mes de mayo, en la Sierra de San Pedro dentro del término municipal de Alburqurque, un trabajador de la empresa encargada del seguimiento del ciclo reproductivo y de la alimentación de aves protegidas descubrió en un nido el cadáver de dos polluelos de Águila Imperial.

   Ante la inspección y circunstancias halladas en el citado lugar, remitieron los cadáveres al Centro de Recuperación de Fauna de Sierra de Fuentes (Cáceres), que a su vez los puso a disposición del ecotoxicólogo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura (Cáceres), con el objeto de averiguar la causa o causas de las muertes.

   El resultado de la analítica y de la necropsia de los cadáveres permitió averiguar que las aves fueron víctimas del envenenamiento, por la ingesta de un cebo impregnado con "Carbofurano", sustancia "altamente toxica", informa la Guardia Civil en nota de prensa.

RASTREO

   El Equipo del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz puso en marcha una "meticulosa" labor de investigación y rastreo encaminada al esclarecimiento de los hechos, para lo que contó con el apoyo del Servicio Cinológico de la Guardia Civil con sede en El Pardo (Madrid), "Perros detectores de cebos envenenados" y una decena de agentes del Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.

   Rastreo que se centró en las diferentes fincas de la zona y de un conocido "cazadero" donde las rapaces capturaban las presas para cebar a sus crías, ubicado la Sierra de San Pedro, distante a unos tres kilómetros del nido donde se localizaron los cadáveres.

   De este modo, en una explotación ganadera anexa al cazadero, los perros detectaron varios recipientes con un contenido que reunía las características propias de estas sustancias "granulado" en sintonía con las halladas en los cadáveres. Hecho posteriormente ratificado con el informe pericial del laboratorio que las cotejó.

   Con las pruebas obtenidas en la investigación desarrollada, se imputó al propietario de la explotación ganadera donde se hallaron las sustancias toxicas, así como al de una finca anexa como presuntos autores de un delito contra la protección de la flora y la fauna.

   Motivados por los daños que les podrían causar las águilas en sus aves de corral y en las palomas de su finca, les dieron muerte presuntamente por envenenamiento.

   El Águila Imperial (Aquila adalberti), se encuentra catalogada en el mayor status de protección otorgado por la legislación aplicable, en la categoría de en "peligro de extinción".

   Finalmente, las diligencias junto con las imputaciones han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción Badajoz.

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