La hermandad de las Tres Caídas se encuentra inmersa desde el pasado lunes en su quinario con motivo del 75 aniversario de la fundación de la corporación. Así, cada día viene celebrando una misa en la parroquia de San Francisco oficiada por distintos sacerdotes de la diócesis Asidonia-Jerez.
Para ello, la hermandad ha dispuesto para el culto a sus sagrados titulares en el altar del templo parroquial, para lo cual los costaleros trasladaron el viernes anterior al Señor y a María Santísima de la Amargura desde su capilla, corriendo los delicados trabajos de exornos florales a cargo del experimentado José Manuel González.
Estos cultos y quinario tocarán fin este sábado no con la misa pontifical programa inicialmente, ya que finalmente el obispo diocesano, José Mazuelos, no podrá estar presente en Arcos por motivos de agenda, con lo cual la cita eucarística pierde inexorablemente ese carácter de pontifical. En cambio, será el vicario diocesano, arcipreste de Arcos y párroco de Bornos, Luis Piñero, el que dirija la solemne misa de este sábado a las 20.00 horas. No obstante, sigue en pie el momento más esperado: la salida extraordinaria de la sagrada imagen del Señor de las Tres Caídas, cuyo paso recorrerá las calles de la feligresía de San Francisco en un itinerario novedoso y prácticamente inédito. No en vano, el paso alcanzará la calle Corredera con el ánimo de hacer partícipe al resto del pueblo de tan magno acontecimiento religioso, el cual está pendiente, como es lógico estos días, de la fuerte ola de calor que azota a la provincia.
Según avanzaba desde la junta de Gobierno caidista su hermana Nuria Roldán, entre los hermanos no cabe más gozo estos días ante el apretado calendario de actos con motivo del 75 aniversario de la fundación de la cofradía, destacando en este sentido el grado de implicación de los hermanos con los distintos actos organizados.
Sin ir más lejos, para este mismo viernes, y una vez finalice la última misa del quinario, se ha previsto una ofrenda floral a la imagen del Cristo en la parroquia de San Francisco, una nueva ocasión para rendir culto al Señor y presentar el respeto hacia una de las cofradías más queridas por los arcenses.
