Las obras se saben cuándo empiezan pero no cuándo acaban. Y sin contar la obra del tranvía que es digna de un estudio aparte que se dilataría en el tiempo más que la propia obra. Si además hay fenicios, cartagineses y romanos bajo tierra, cosa común en esta tierra –después de los romanos de los primeros siglos el interés decae- lo que toca es armarse de paciencia y sobre todo, cumplir las normativas en estos casos.
Las obras del Janer, donde la Zona Franca quiere poner un complejo industrial y comercial, iban a comenzar a principios de año hasta que comenzaron las catas en una zona considerada entre las más ricas de la comarca en restos arqueológicos, como lo atestiguan los hallados en excavaciones cercanas, algunos de los cuales, de los más valiosos, yacen encapsulados bajo un campo de deporte.
Los trabajos se han llevado ya medio millón de euros del presupuesto y el delegado de la Zona Franca, Jorge Ramos, no se ha limitado a realizar los trabajos que se marcan en estos casos, sino que ha procurado exprimir todas las posibilidades de encontrar un tesoro escondido en el subsuelo. Y por ahora no es un tesoro, pero sí suficiente material para que los trabajos no estén terminados antes del mes de junio, con suerte y poder delimitar las zonas en las que ya se puede comenzar a levantar el complejo. Sin olvidar que existe otra parcela que se puede anexar junto al Parque de Bomberos.
Pero con todo, lo que iba a comenzar a principios de este año va a tener que esperar a finales o incluso principios de 2016, porque la urbanización lleva su trámite antes de comenzar a echar cemento. La catalogación de los restos lo están haciendo los arqueólogos, pero la parte urbanística tiene que contar con un procedimiento que ha comenzado con la entrega al Ayuntamiento del proyecto.
No habrá problema por parte del Ayuntamiento –al menos en las condiciones actuales- pero luego llega la licitación de las obras, la adjudicación y el comienzo de los trabajos. O sea, lo que queda de año.
Mientras tanto, de las excavaciones han salido ya ocho hornos, 45 enterramientos y tres grupos de ánforas que pudieran datarse entre los siglos I y III antes de Cristo. De esos 45 se han catalogado 29 y si todo va al ritmo previsto y no se encuentra nada más, el informe final se podrá entregar a Cultura antes de julio.
La pregunta que no podía falta es si el retraso en las obras ha ocasionado que algunas de las firmas interesadas haya decidido buscar alternativas en suelos con menos historia enterrada. Jorge Ramos mantiene que el proyecto del gran Mercadona sigue en pie y otros más de comida rápida y bricolaje. Por ahora.