Sin duda alguna, al sempiterno párroco de San Francisco, don Manuel Rodríguez Salas, le quedará de por vida sentirse plenamente reconocido por el pueblo de Arcos. Y por si fuera poco el pasado jueves el Ayuntamiento le ponía su nombre a la rotonda situada en la antigua A-382, actualmente travesía urbana Cruz Roja; “la rotonda del Beleño” -para que nos entendamos-. El acto, que fue aprobado no hace mucho en el Pleno municipal, reunió a vecinos, feligreses, sacerdotes, políticos y a muchos de los que sienten auténtica admiración por esta, simplemente, buena persona. Es por ello por lo que don Manuel, en ese intrínseco sentimiento que entraña de eterna gratitud hacia su pueblo, que no pudo ocultar en su breve discurso la emoción que una vez más le embarga. Quizás, sentirse querido y reconocido sea el segundo premio más valioso en la vida, porque el primero podría ser la capacidad de amar al prójimo.
En fin, que el nombre don Manuel como párroco de San Francisco se encuentra rotulado y, por tanto, debidamente honrado. El gesto institucional para con don Manuel es loable se mire como se mire, y eso bien lo sabe el equipo de Gobierno, que se ha servido de ese respeto general hacia el cura que le profesa casi todo arcense. No obstante, es Hijo Adoptivo de Arcos y de Sanlúcar de nacimiento, aunque lleve en nuestra ciudad más de cincuenta años de evangelización y amistad.
El hecho de que se le haya dedicado esta rotonda al conocido religioso se corresponde con su cercanía tanto con la parroquia de San Francisco como con la propia vivienda del sacerdote.
Visiblemente emocionado, don Manuel quiso dar las gracias a Dios en primer lugar, considerando que él no tiene mérito ninguno para este reconocimiento: “Lo único que he hecho es cumplir con mi deber”, y tuvo palabras de agradecimiento para el Ayuntamiento de Arcos. Además, agradeció a su vicario parroquial y párroco de Jédula, Salvador Marín, y a toda la población, el apoyo recibido en el acto.
El alcalde de Arcos, José Luis Núñez, expresó “el afecto y el cariño que tiene a don Manuel”, destacando que “ha sido una persona que a, fuerza de mucha inteligencia, ha sabido guiar a la feligresía de San Francisco”. Además, señaló que la idea de esta rotulación surgió en una de las muchas actividades de la parroquia, donde se comprometió a realizar este homenaje “para que quede constancia del trabajo y la labor de esta persona que se merece nuestra total admiración”.
