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Miércoles 03/07/2024
 

Jerez

\'Desahuciadas\' de su sede 400 mujeres de la asociación Racimo

El colectivo tiene que dejar el edificio de Corredera, 53, de la Junta de Andalucía a menos que se integre en el Centro de Mayores de Las Angustias, propuesta que ha rechazado para mantener su autonomía

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  • Asamblea de socias. -

Casi 400 mujeres de la asociación Racimo, que desde hace años ocupan el sótano, parte de la segunda planta y la tercera completa del edificio del centro de mayores de Las Angustias -en Corredera, 53- para realizar talleres y actividades diarias buscan nueva sede tras haber sido “desahuciadas” por la Junta.

Esta misma semana en una asamblea abarrotada de socias la presidenta del colectivo, Mercedes Domínguez, les comunicaba que tenían que marcharse del local y dejar en suspenso el inicio de los cursos después de que las reuniones del pasado verano con personal de la Administración andaluza no hayan prosperado.


Como relata la presidenta de un colectivo que se fundó en 1998 por usuarias del antiguo centro social comarcal de Jerez, la Asociación de Mujeres Racimo ha rechazado la propuesta de la Junta de integrarse en el centro de mayores que gestiona esta administración para poder seguir haciendo uso de las instalaciones, ya que ello conllevaría la desaparición de la asociación como tal. En consecuencia, aunque desde la Junta les han dicho que se tomen el tiempo que necesiten para desalojar el edificio y llevarse todo el material, ya no hay marcha atrás. 

Pese al disgusto que se han llevado las socias,  descartan emprender protesta alguna y se toman con deportividad estas circunstancias, aferrándose en todo momento a que no pueden disponer de unas instalaciones de la administración pública si son un colectivo independiente sin personal público.

“No nos podíamos integrar en el centro de mayores porque la asociación tiene un espíritu diferente, teníamos cinco monitores que pagábamos con las cuotas de 10 euros de las socias”. Ahora, les toca llamar a otras puertas -como las del Ayuntamiento- para buscar un local, lo cual no es tarea fácil teniendo en cuenta el volumen de usuarias. “Es difícil porque no podemos estar en un local pequeño”, añade.

Clases de baile, costura, informática, pintura, manualidades, cocina...el programa de actividades para el que ya se habían pagado las cuotas del primer trimestre, que ya se ha empezado a devolver, se ha quedado en el aire, como también las tardes de muchas mujeres con problemas en casa o muy solas a las que estas clases les daba la vida que no tenían en sus hogares por haber perdido a su marido, sufrir problemas de salud o económicos u otras circunstancias y encontrar en sus compañeras y en las actividades una vía de escape a su rutina durante unas horas al día.

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