El Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva prevé que la presente campaña se cierre como una de las mejores de la historia ya que, a falta de un 25 por ciento de su finalización, la densidad de mosquitos arroja uno de los índices más bajos de los últimos 30 años.
Según ha explicado la Diputación en una nota, la campaña tratamientos, que comenzó el 3 de marzo, se desarrolla con toda normalidad alcanzando niveles de eficacia superiores a los previstos y aunque todavía es pronto, pues se encuentra en un 75 por ciento de su ejecución y queda todavía un largo tramo por ejecutar. La fecha prevista de terminación de los tratamientos es el 31 de octubre.
Desde el año 1983, la Diputación junto con los ayuntamientos de Ayamonte, Lepe, Isla Cristina, Cartaya, Aljaraque, Punta Umbría, Gibraleón, Huelva, Palos de la Frontera, Moguer, San Juan del Puerto y Almonte abordan el problema de los mosquitos con una planificación anual.
El plan de este año cuenta con importantes novedades, ya que a la programación habitual se le ha incorporado una serie de estrategias y mejoras encaminadas a la optimización de los resultados. Entre ellas, cabe destacar la ampliación de un 30 por ciento de los tratamientos larvicidas aéreos con productos de origen biológicos de alta especificidad, llegando a más de 3.000 hectáreas repartidas en cuatro pases a lo largo de los meses estivales.
Hasta ahora se han tratado mediante esta técnica 2.300 hectáreas en los momentos de máxima incidencia de mareas de alto coeficiente y en las zonas mas complicadas para el tratamiento manual habitual.
Con la adquisición de dos nuevas máquinas pulverizadoras de volumen ultrabajo se ha conseguido actuar en 1.000 kilómetros, maquinaria que permite al SCM ser más eficiente, ya que con menos cantidad de insecticida cubre mucha más superficie y lograr mayor efectividad del tratamiento.
Otro aspecto importante en esta campaña es la aplicación de técnicas de control de mosquitos adultos diferenciando tratamientos espaciales y tratamientos barrera, ambos con productos de última generación y máquinas de gran capacidad. Así, se han programado y llevado a de tratamientos de volumen ultra bajo, que, básicamente, consiste en la micronización de las gotas biocidas para, con volúmenes muy bajos del producto, cubrir áreas muy grandes, aumentando considerablemente la posibilidad de contacto de estas gotas con los posibles mosquitos.
En cuanto a los tratamientos barrera, significar su alta eficacia ya que consiste en poner productos biocidas muy persistentes en zonas que serán de refugio para mosquitos con el resultado esperado. Hasta la fecha se han tratado más de 100 has. con esta técnica, minimizando aún más la posible fuga de mosquitos adultos que escaparon a las otras estrategias.
La campaña de restauraciones hidrológicas emprendida el año pasado y continuada este año mediante el restablecimiento de la red de drenaje natural en zonas de marisma alta, ha empezado a dar los primeros resultados favorables, mostrándose como una técnica a continuar y potenciar en futuros planes.
Asimismo el Servicio de Control de Mosquitos ha ampliado de siete a once capturadores (trampas para la monitorización puntual de mosquitos) y también ha aumentado en la frecuencia de puesta y recogida, lo que está permitiendo un diagnóstico más rápido y exhaustivo del estado de la plaga en el espacio y en el tiempo y por tanto una mayor capacidad de respuesta. El plan operativo programado por el Servicio de Control de Mosquitos abarca todo el año y cuenta con un presupuesto de 2.343.000 euros.
El ámbito geográfico de las actuaciones es el de los términos de los municipios integrados, que suman un total de 130.000 hectáreas protegidas, en los que aparecen dos medios claramente diferenciados. Por un lado 16.000 hectáreas de marisma mareal, donde el flujo y reflujo de las mareas en conjunción con factores topográficos y biológicos dan lugar a 4.600 hectáreas de marisma susceptibles de albergar poblaciones larvarias de mosquitos.
Y por otro lado, 114.000 hectáreas de lo que se puede denominar medio urbano y rural, donde se encuentran 25 núcleos de población, así como multitud de emplazamientos industriales, agrícolas y ganaderos, red viaria, complejos de ocio, etc; todas ellas con multitud de focos de mosquitos de índole muy diversa.