El anuncio de ENCE de dejar de producir celulosa en su factoría de Huelva pone de manifiesto la necesidad de "repensar" el papel del Polo Químico de Huelva, que en su tramo principal da trabajo solamente ya a unas 500 personas, y solo el 20 por ciento del suelo para industrias sigue en activo.
Así lo afirma el portavoz de la Mesa de la Ría de Huelva, Francisco Romero, que pertenece a una entidad que reivindica la eliminación progresiva de las industrias químicas y la recuperación para la ciudad de Huelva del suelo que ocupan en la actualidad.
No obstante, Romero matiza que su entidad reclama "solo la parte de la capital (entre el estado Nuevo Colombino y la Punta del Sebo), sin entrar en debates sobre las industrias del puerto exterior o las ubicadas en las localidades de San Juan del Puerto o Palos de la Frontera.
La historia del Polo Químico de Huelva, que este año ha cumplido 50 de vida desde su primera firma, está ligada al empleo en la ciudad en el último medio siglo, aunque el paso de los años, las crisis y los cierres de algunas empresas han ido provocando que vaya decreciendo la actividad.
Su primer indicio de vida hay que buscarlo en el siglo XIX, cuando se planteó una gran instalación para procesar parte de la actividad minera, aunque no fue hasta 1964 cuando, siendo alcalde Federico Molina, el dictador Francisco Franco firmó un decreto el 30 de junio de ese año, que inicialmente fue bien acogido, teniendo en cuenta la mano de obra en desempleo que absorbió.
Su extensión final ocupó, y sigue ocupando, parte de la Punta del Sebo, desembocadura natural del Tinto y la margen derecha de este río; la desembocadura del río Tinto hasta el Puerto Exterior, ya en término de Palos de la Frontera, así como la antigua carretera de Sevilla, en San Juan del Puerto, donde acabaron las industrias de celulosa, incluida Ence.
En lo que respecta al empleo, la asociación que agrupa a las industrias químicas, AIQBE, señala que son unos 5.000 los trabajadores de las distintas factorías, llegando a 8.500 los puestos indirectos, intentando recuperar bajones como los producidos entre el 2008 y el 2011, periodo en el que fueron 3.000 los empleos que se perdieron.
Porcentualmente, representa el 5 por ciento del empleo en la provincia de Huelva, siempre contando el global de todas las industrias que se encuentran en la zona realizando distintas actividades químicas.
Sin embargo, Francisco Romero apela a que se cumplan "los acuerdos de 1991", que hablaban de la recuperación del suelo de las industrias que ya no se usan, y pone como ejemplo que "no llega al 20 por ciento el suelo que está ocupado en la avenida Francisco Montenegro", con lo que mantener edificios en pie que ya no se utilizan lo ven como algo que podría tener un uso útil en el futuro al que se está renunciando.
Actualmente, detalla que "solo Atlantic Copper está a pleno rendimiento, la central térmica de Endesa funciona en momentos puntuales de picos de consumo, y a Fertiberia le queda poco para cerrar por completa, desde que les ordenaron paralizar los vertidos de fosfoyesos".
Sin embargo, lamenta que "con ayudas de la Junta de Andalucía", Fertinagro ha ocupado las instalaciones de Nilefox, "con paradojas como el hecho de que el delegado de la Junta que facilitó las subvenciones, Manuel Alfonso Jiménez, ahora es directivo de Fertinagro".
Con todo, el portavoz de la Mesa de la Ría lamenta la dificultad que organizaciones como la suya tienen para acceder a datos oficiales, "y hay un gran ocultismo en temas como el de Fertinagro", aunque espera que "más pronto que tarde se hagan cosas como en Bilbao, donde se ha ido recuperando terreno de las industrias, entre ellas Fertiberia, o actuaciones como las del Prestige o Aznalcóllar, que demuestran que todo se arregla cuando hay voluntad".