Desde el mes de marzo de 2013 los usuarios de la N-432 han venido soportando el lamentable estado en el que quedaba esta carretera a la altura del desvío de Castillo de Locubín. Ha tenido que pasar más de un año y medio para que el Ministerio de Fomento haya iniciado, a finales del pasado mes de agosto, unas obras llamadas a terminar con un punto de verdadera peligrosidad para los usuarios habituales de esta vía, que soporta un importante flujo de tráfico. El deslizamiento del terreno, en gran pendiente a la altura de este punto de la vía, originado por las cuantiosas precipitaciones acumuladas en el invierno y la primavera de 2013, motivó en su día el levantamiento del firme en un lateral del mismo, dando lugar a que emergiera una plataforma que hizo necesario el desvío hacia la cuneta y la señalización de la misma. Tan rudimentaria solución ha permanecido vigente hasta hace tan sólo unos días, cuando la Gobierno Central se ha puesto finalmente manos a la obra.
No obstante, y aunque la citada intervención, cuyo plazo de ejecución será de unos dos meses, vendrá a eliminar el punto de mayor riesgo del trazado de la N-432 en nuestra comarca, el estado de mantenimiento de la misma dista mucho de ser el adecuado. Precisamente, el tramo que discurre entre Alcalá la Real y el límite del término municipal de Castillo de Locubín presenta un estado que podría calificarse de realmente lamentable y, en algunos puntos, de verdaderamente peligroso. En concreto, la propia señalización instalada por el ministerio de Fomento advierte, a día de hoy, del mal estado de la carretera en los ocho kilómetros que discurren entre el kilómetro 379 y el 387. Desde luego, el cartel no falta a la verdad. En este tramo encontramos segmentos con socavones y baches tan abundantes que obligan, en determinados puntos, a limitar la velocidad máxima de circulación a los 60 kilómetros por hora, por no mencionar la extraordinaria degradación del pavimento.
Ya en mayo de 2013, la entonces regidora municipal, Elena Víboras, alertaba del verdadero “riesgo” que este estado de abandono suponía en una vía de la importancia de la N-432 a su paso por nuestro término municipal. La alcaldesa hablaba entonces de las numerosas deficiencias de la vía, entre las que mencionaba “boquetes enormes, de hasta cinco metros cuadrados en algunos casos". Víboras, que había aprovechado la presencia en Alcalá la Real un mes atrás de la ministra de Fomento, Ana Pastor, para hacerle entrega de un dossier con actuaciones que consideraba relevantes para este municipio, alertaba de que "es una demanda que no se puede demorar mucho. Se necesita ya", poniendo de relieve el "malestar" que el estado de la vía originaba también entre los ciudadanos de Alcalá la Real y de las poblaciones cercanas por las que pasa.
Sobre el mismo tenor se manifestaba el pasado mes de febrero el senador Felipe López, refiriéndose en concreto al desvío provisional habilitado a la altura del cruce de Castillo de Locubín, que "pareciera que va a convertirse en definitivo, dada la falta de celeridad del Ministerio en darle la solución adecuada", no sin aludir al "riesgo para la circulación que suponen los miles de desplazamientos diarios que soporta la citada carretera" y que "es evidente", de modo que exigía “una reparación urgente".
La actuación en el desvío de Castillo responde ahora, a esta “urgencia”, que se ha dilatado desde marzo de 2013, pero queda pendiente una demanda no menos imperiosa como es la de solventar el estado de abandono que ha merecido en alguna ocasión el calificativo de “tercermundista” por parte de los usuarios habituales de la N-432, la más importante vía que atraviesa la comarca y que un día soñó con ser autovía.