El Ayuntamiento de Ronda sigue sin encontrar a un comprador interesado en hacerse con la Casa del Jalifa, el viejo palacete situado en el casco antiguo, del siglo XV, que fue utilizado como sede de la concejalía de Educación y de la Universidad de Málaga en Ronda hasta que el Ayuntamiento decidió su venta, cuando cerró sus puertas tras una millonaria remodelación.
Tras dejar caer hace un año el propio Consistorio que podría haber algunos compradores interesados, justo un año después de haberse iniciado el proceso de enajenación, la concejal de Contratación, María del Carmen Martínez, vino a admitir que “no son buenos momentos para que llegue alguna empresa interesada”, recordando la concejal que además del precio que debería abonar por el propio inmueble, “las inversiones necesarias en el local, de acuerdo a sus posibles usos”, hacen “imposible” que ningún empresario de los que se ha interesado por el edificio haya podido dar el paso. Aún así, Martínez aseguró que “siguen llegando interesados”.
La concejal refirió además que “una vez que ha finalizado el plazo de licitación, pasado un año, ya no sería necesario hacer un nuevo concurso para vender la Casa, sino que la venta podría producirse de manera directa”.
EL ADIÓS AL VIEJO PALACETE
La Casa del Jalifa es un antiguo palacete del siglo XV que reabrió sus puertas en 2006, tras que el Ayuntamiento adquiriera el inmueble y consiguiera más de un millón de euros para su rehabilitación. Hasta hace un año, como se ha dicho, fue la sede de la Fundación Pública para las Enseñanzas Universitarias, desaparecida desde la creación de la Agencia Pública, conocida como macropatronato.
El Ayuntamiento fió buena parte de las inversiones del pasado año e incluso alguna de las inversiones contempladas en el actual presupuesto en vigor para este 2014 a la venta de este edificio municipal, cosa que no ha logrado aún.
Este es el segundo intento frustrado del Consistorio por deshacerse de patrimonio municipal, tras que nada más llegar el actual equipo de Gobierno al poder se hiciera lo propio con el cortijo San Juan, un primer intento que finalmente también resultó frustrado.