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Lunes 01/07/2024
 

Jaén

Queremos deporte limpio

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Aunque en muchas ocasiones parece que no están, siempre aparecen cuando menos pensamos. Están para ayudarnos en momentos complicados y para investigar acciones que incumplen las leyes. Y están presentes, las tenemos cerca, aunque no lo creamos. En su lucha contra el dopaje en el deporte, de nuevo otro triunfo de nuestras fuerzas de seguridad, ante las que nadie que ‘haga trampa’ pueda sentirse tranquilo.


La detención, aunque con posterior puesta en libertad, del atleta sevillano, Antonio Jiménez Pentinel ‘Penti’, ha sido otro golpe para los atletas jienenses. El vencedor de las dos últimas ediciones de la Carrera de ‘San Antón’, es amigo de muchos de ellos, pero al mismo tiempo ha sido un importante golpe en la persecución de los tramposos y de los que incitan al consumo de sustancias para mejorar sus resultados deportivos.


No es la primera vez que deportistas a los que hemos acogido en pruebas importantes en nuestra tierra, han caído en las redes de la policía en su lucha contra el dopaje. No merece la pena mencionar nombres, que fueron señalados como dopados o como transmisores de sustancias ilícitas, en Operaciones denominadas ‘Puerto’, ‘Galgo’, o ahora ‘Jimbo’.


Los deportistas que sean ‘pillados’ deben ser sancionados con dureza y, si son de élite, quitar, definitivamente, su presencia, de cualquier actividad, incluso en las populares, porque no merecen ser imagen, iconos o espejo en el que se miren tantos practicantes jóvenes que llegan al deporte con la idea de disfrutar con su actividad favorita y conseguir un estado saludable en su vida.
No queremos deportistas tramposos. La actitud de algunos de ellos ha hecho mucho daño a nuestros deportistas, máxime cuando vinieron con la aureola de ‘élite’ y los hemos subido a los altares, y distinguidos con nombramientos especiales que ya quisieran para ellos los jienenses que cada día, de forma desinteresada y quitándole tiempo a los suyos, trabajan sin lucro alguno con los jóvenes para formarlos como deportistas y personas.


Es una pena que tengamos que relatar hechos de este calibre, pero no queda otra. El deporte no debe acoger a los que hacen trampa para conseguir éxitos con ventaja y de forma ilegal. Es más, en su día aplaudí la decisión de los atletas de exigir que se tomaran medidas para que los tramposos fueran investigados y castigados con más dureza, y con la idea de que no pudieran eludir la ley, ni la deportiva, ni la civil. Queremos unos deportistas limpios, y por ello felicitamos a las Fuerzas de Seguridad, que luchan cada día, sin descanso, para detectar, no sólo a los dopados, sino también aquellos que actúan contra la integridad y la salud de los demás. Mano dura para los tramposos.

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