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Ronda

El arquitecto catalán de la estación y la biblioteca decide finalmente no demandar al Ayuntamiento

Luis Ángel Domínguez dice que prefiere \"no iniciar ninguna guerra contra ninguna institución\" si bien afirma sentirse \"muy perjudicado por la falta de juego limpio y diálogo de la alcaldesa\"

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Luis Ángel Domínguez, el arquitecto catalán que fue anunciado como ganador del concurso de ideas para el diseño del recinto de la nueva biblioteca y la nueva estación de autobuses pero que más tarde fue apartado del proceso por incumplir las bases del concurso, no demandará finalmente al Ayuntamiento.

El profesional, que anunció una posible querella contra la alcaldesa por una presunta prevaricación, ha decidido finalmente no llevar a cabo ninguna acción judicial “porque preferimos no iniciar una guerra contra una institución o que parezca algo contra un partido político. Felizmente tenemos otros muchos grandes proyectos por los que preocuparnos”, dijo a RONDA SEMANAL.

Domínguez, en todo caso, afirmó haberse sentido “muy perjudicado por la falta de juego limpio y diálogo de la alcaldesa. Desde mi punto de vista ha sido lo peor de todo este despropósito. Hubiera bastado con una simple llamada, pero no ha habido ninguna explicación”.

Lamentó al fin “la falta de transparencia” en la gestión del proyecto: “Hemos dado con un muro”, concluyó.

Domínguez fue anunciado en 2012 como ganador del concurso de ideas organizado por el Ayuntamiento para el diseño de la nueva estación de autobuses de Ronda, a la que se aparejó la biblioteca comarcal que ahora va a comenzar a construirse. Se le hizo venir a la ciudad, desde Barcelona, para presentar su proyecto, pero finalmente el Ayuntamiento acabó desestimándolo para resolver un problema técnico, al no haber previsto las bases del concurso la separación de la obra de las vías del tren y, en efecto, no prever dicha separación el proyecto de Domínguez. Se optó entonces por el proyecto que había quedado en segundo lugar en dicho concurso, que separaba cinco metros la obra. La oposición llegó a denunciar que el Ayuntamiento sólo informó de dicha separación de cinco metros a quienes se interesaron por saber qué ocurría con las cercanas vías del tren, sin ofrecer la información a todos los concurrentes al proceso público. Ahora se resuelve si ciertamente cinco metros son suficientes, cuestión que el Ayuntamiento intenta desatascar al hablar la norma de Fomento de más metros entre cualquier vía y una construcción. 

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