El Santísimo Cristo del Perdón regresó ayer a la parroquia de Santa Ana, templo que fue sede de su hermandad hasta que en la Cuaresma de 1998 se estableció en la ermita de Guía. La presencia del crucificado que tallara Francisco Pinto en la iglesia de la barriada de La Plata se enmarca en el cincuentenario fundacional de esta cofradía.
Mañana martes se iniciará un triduo de Acción de Gracias y el próximo sábado día 22 el Cristo del Perdón regresará a la ermita de Guía en procesión extraordinaria.
Estaba previsto que el traslado del crucificado a la parroquia de Santa Ana se llevara a cabo en la tarde del sábado. Sin embargo, las precipitaciones que se registraron en la ciudad durante buena parte de la jornada aconsejaron retrasar ese traslado hasta la tarde de ayer domingo. La comitiva partió de la ermita de Guía al filo de las seis de la tarde, tomando por la zona del Arroyo en dirección a la plaza Peones.
Posteriormente el cortejo se adentraría en el tramo peatonal de la calle Francos, reviviendo así una estampa clásica de la cofradía cuando procesionaba en la tarde del Viernes Santo. Este fue uno de los guiños al pasado que quiso hacer la hermandad, que había incluido en el cortejo insignias que ya no procesionan, como la propia cruz de guía de madera oscura de características similares a la que realizó Pinto para el crucificado.
Además, el Cristo del Perdón se adentró en el Hospital San Juan Grande ya en el último tramo del itinerario que le llevaba a la parroquia de Santa Ana. Sin duda alguna los momentos más emotivos de la jornada se vivieron cuando el crucificado se hizo presente en el barrio de La Plata, encargándose una nutrida representación de la Hermandad de la Candelaria de saludar su regreso a la parroquia de Santa Ana.
El Cristo del Perdón fue portado a hombros de sus hermanos sobre unas andas propiedad de la Hermandad del Amor, contando con el acompañamiento de la capilla musical Kirie Eleison.
