El Racing de Santander saltó a El Sardinero para disputar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, ante la Real Sociedad, pero se retiró a los cincuenta segundos, una vez que se puso en juego el balón, como protesta por la no dimisión del actual Consejo de Administración.
Los jugadores del club cántabro, que avisaron a la Real Sociedad de lo que iba a acontecer minutos después, cumplieron con su promesa de no jugar si no llegaba a tiempo la dimisión del presidente Ángel Lavín Harry, que acudió a El Sardinero con normalidad para presenciar el partido en el palco.
Sin embargo, tras el pertinente calentamiento, ambas escuadras saltaron al césped a las 20.58 horas, dos minutos antes del duelo, y perfectamente ataviadas con sus indumentarias. El árbitro Gil Manzano reflejó la ocurrido y no puso trabas a la decisión de los jugadores montañeses.
Además, el partido estuvo marcado por la presencia de una docena de policías nacionales, que blindaron el acceso al césped del estadio santanderino, así como para sofocar una posible reacción de la afición local, que ya asaltó el palco de la entidad a comienzos de mes, en el partido de ida de octavos de final frente al Almería.
Los seguidores del Racing gritaron "No se juega, no se juega" en los instantes previos al encuentro, en lo que fue un claro espaldarazo a la decisión de la plantilla, que había perdido 3-1 en Anoeta en el partido de ida.