Pocas veces se encuentra uno por la calle con mensajes publicitarios que llaman poderosamente la atención, por lo que publicitariamente son buenos, y lo hacen con un doble sentido de vender y de recuperar algo que no se ha perdido del todo, pero que no se prodiga como antes.
Precisamente lo que sí se prodiga es la compañía solitaria de las redes sociales, más redes que enredan que sociales que socializan, en detrimento de una cita para hablar cara a cara con un amigo tomando un café. O tomar lo que sea.
Eso es lo que pretende un bar de la calle Real de San Fernando con ese letrero colocado a pocos metros de las vías del tranvía. Más que un descubrimiento, es un redescubrimiento, que no es poco.