La derrota ante el Rayo fue dura y si las partes implicadas en el día a día dentro de los distintos estamentos del club verdiblanco durante el mercado invernal han sido algo dispares aunque no tan tirantes como durante la pasada campaña, las declaraciones de dos voces autorizadas en estos momentos en el beticismo han mostrado su parecer sobre la situación actual de la plantilla y el futuro a corto y medio plazo.
Rafael Gordillo y Pepe Mel se conocen muy bien. ambos son hombres de fútbol e intuyen bajo un mismo prisma las necesidades que requiere un equipo de fútbol. Sin embargo, he aquí un punto de desencuentro en las exigencias que pide el entrenador y lo que traslada la alta cúpula bética y en especial la secretaría técnica verdiblanca.
Mel no presume de ser un técnico cómodo y exige garantías para un grupo de jugadores que han estado jugando por encima de sus posibilidades. Cada rueda de prensa se convierte en una reivindicación dirigida hacia la entidad con vistas a buscar refuerzos que potencien un vesturario mermado por las múltiples bajas.
El míster madrileño afirma además que será muy complicado mantener el nivel y las aspiraciones europeas sólo para una plantilla confeccionada para alcanzar la permanencia en Primera División en la coyuntura actual.
Así las cosas, la respuesta por parte de Gordillo no se ha hecho esperar. Tras la presentación de un acto institucional, atendía a los medios de comunicación para, entre otras cuestiones, referirse a la citada cuestión: “A mí me parece exagerado decir que vamos a caer diez puestos. Él es el entrenador y es verdad que hemos tenido problemas con lesiones y nos hemos quedado casi sin efectivos. Si hay algo bueno que se pueda traer lo traeremos para tener contento a todo el mundo”. O lo que es lo mismo; el club hará lo posible pero no a cualquier costo ni con la urgencia ante el precipicio que plantea Mel.
Además, como ex jugador, pidió el apoyo de la afición a los futbolistas en el campo: “Más presión es para el futbolista que tu afición te pite por un partido que te está saliendo mal. Hay jugadores a los que les da igual que les pite la afición, pero a otros no. Estamos hablando de chavales que les cuesta un poco más”.
La situación es compleja.
