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Jueves 27/06/2024
 

Deportes

Navarra, territorio hostil

Los números en Pamplona dan favorito a Osasuna en los enfrentamiento entre rojillos y verdiblancos

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  • Reyno de Navarra -

El Betis visita el próximo domingo uno de los campos más complicados del panorama en el fútbol nacional. No es otro que el Reyno de Navarra.


Tirando de estadísticas históricas, las cifras son contundentes en favor del equipo navarro. De los 23 visitas del equipo verdiblanco a Pamplona, 15 victorias de Osasuna, 2 empates y 8 triunfos del conjunto que actualmente entrena Mel, son los guarismos que presentan este tipo de enfrenamientos. Lo que pone de manifesto el dominio local que prácticamente dobla en partidos ganados al conjunto sevillano.


Eso sí, en los últimos cinco envites en Primera división en las que ambos se han visto las caras en terreno osasunista, la balanza se inclina ligeramente en favor del cuadro bético que se reparten en tres victorias (2005/06, 2007/08, 2008/09) por dos derrotas (2006/07 y 2011/12).


Por otro lado, el Betis ha sufrido tanto en el Reyno de Navara como en el antiguamente denominado El Sadar, goleadas hasta en cinco ocasiones por una diferencia de tres o más goles. Las más sonadas datan de las temporadas 1935/36 (6-0) cuando un año antes se proclamaba campeón de Liga, 1958/59 (3-0) tras 23 años sin coincidir en un partido oficial en la máximo competición del fútbol español , 1961/62 (4-0), 1990/91 (3-0) y 2006/07 (5-1) en un choque para olvidar.


Un estadio que suele albergar en suma, una afición que no deja de apretar y empujar a su equipo a lo largo de los 90 minutos de juego y que representa una de las mejores armas a la hora de afrontar los partidos. Y es que Pamplona es un duro feudo donde incluso los ‘grandes’ suelen pasarlo mal.


Cierto es que el arranque de los hombres de Mendilibar no ha sido el mejor en este inicio liguero; pues ocupan el 19º puesto en la tabla clasificatoria con tan solo una victoria en su haber. Un arma de doble filo con la que el Betis tendrá que lidiar si no quiere verse sorprendido por un equipo que saldrá a por todas.

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